Por ANGEL PLASTINO
¿Pueden diseñarse computadoras afectuosas? Esta intrigante pregunta encuentra sofisticadas respuestas en el libro "Los ordenadores emocionales", de
ALEGRIA Y TRISTEZA
La computación afectiva es el campo informático relacionado con
Ello supone que, antes, las PCs, Laptops y "parientes" deberán aprender a observar a sus dueños, a estimar qué sería más interesante para ellos, a calibrar información compleja y a tomar decisiones sensatas en tiempo real con recursos limitados. Los científicos no han logrado aún este desideratum recurriendo a sistemas lógicos o de reglas programadas, pero sí vía la computación afectiva de Picard, que ha generado una biometría por medio de un software capaz de medir alteraciones fisiológicas provocadas por emociones y por biosensores introducidos en objetos que el usuario utiliza habitualmente, como teclados, ropas, sillas, joyas o anteojos que detectan fruncimientos del ceño, alzamiento de cejas, etc. Se pueden mencionar detectores de señales fisiológicas, del ritmo cardiaco, de la conductividad de la piel o del cambio de postura. Es posible de esta manera percibir estados de estrés, concentración o enojo. Objetos con los que el contacto es indirecto, como cámaras, micrófonos y sensores a distancia, pueden medir cambios en la modulación de la voz o reconocer expresiones faciales. A partir de los datos biométricos se construyen luego modelos emotivo-informáticos personalizados.
PARA
Para los procesos de enseñanza-aprendizaje se diseñan aparatos que puedan discernir entre un alumno que comete errores porque se siente desmotivado y con ganas de abandonar la tarea de otro que, aunque se equivoque, está comprometido con el esfuerzo y disfruta explorando. En el primer caso tal vez un descanso sería aconsejable. El aprendizaje con computadora estimula el adelantar conjeturas, comprobarlas, enfrentar fracasos, recuperar la confianza y disfrutar imaginando cómo avanza una hipótesis o como se crea una nueva. Los educadores sabemos que enseñar conlleva observar niveles de interés, frustración, confianza y miedo para ayudar a controlarlos. Picard introduce este vital aspecto del proceso educativo en los ordenadores a fin de hacer más efectiva la educación a distancia.
Asimismo, los ordenadores emocionales pueden impulsar a los muy mayores a vivir una vida más independiente. Le preguntan al anciano cómo se siente y le ayudan a decidir si alguien debe venir a cuidarle. Envían mensajes a familiares y, en casos graves, llaman a urgencias. También coadyuvan en el cuidado afectivo. Se trata de ordenadores "acompañantes" que podrían complementar el accionar de las enfermeras o actuar como mascotas. No se trata de vigilancia por control remoto. Los sensores son visibles y controlables por el usuario.
El célebre inventor, músico, empresario y escritor científico Raymond Kurzweil (EE UU, 1948), de quien nos hemos ya ocupado en este espacio, pronostica la introducción de "nanobots" (nano-robots) en los procesos cerebrales cuando la medicina haya avanzado lo suficiente como para que tales adminículos se encarguen de las señales bioquímicas ligadas a lo emotivo. Se dedicarían, entre otras tareas, a medir sensaciones y a responder, según previa programación, a nuestro estado emocional, lo que los tornaría en poderosos ordenadores afectivos, reemplazando ventajosamente a diversos medicamentos. No falta demasiado para que esto suceda (a nivel comercial). En todo caso, habrá que preparase.
(Recuperado del diario “El Día” de la ciudad de La Plata, 29 de mayo de 2010.)