Un perro de raza Rottweiler mató a su dueño, un hombre de 63 años, en su casa del barrio Santa Rita II, en el norte santafesino. Las heridas en la cara, cuello y cráneo le provocaron la muerte inmediata.
Los primeros informes de los médicos forenses de la policía santafesina indican que el hombre habría sufrido un desmayo y que al caer al piso provocó una reacción en el perro que lo atacó, provocándole heridas de muerte.
Los investigadores infieren que el hecho se desencadenó a las 9 de la mañana, cuando Héctor Arregues comenzaba su jornada laboral en el taller de motos de su propiedad, instalado en las terrosas calles Pasaje Público y Callejón el Sable.
Pasado unos minutos de las 9 y alertada por los ladridos del perro, una vecina se asomó al taller y vio cómo el Rottweiler, que Arregues había criado de cachorro, lo atacaba ferozmente.
La mujer avisó a los servicios de emergencia y a la policía inmediatamente.
Al llegar los médicos, comprobaron que el hombre ya había fallecido producto de las heridas en el cráneo, cuello y rostro. Los uniformados, por su parte, constataron que el perro Rottweiler (un adulto de gran tamaño) estaba atado.
La víctima no tenía marcas en sus brazos, de lo que se deduce que no atinó a defenderse.
En Santa Fe (ciudad capital de la provincia del mismo nombre, Argentina), la municipalidad aprobó una norma que prohíbe que los perros anden sueltos por la calle y otra norma que establece un registro de perros peligrosos: la primera no se cumple y la segunda todavía no ha sido reglamentada.