sábado, 28 de mayo de 2011

Un perdedor tiene más chapa que un ganador





La vida no es fácil. Hay triunfos, empates y derrotas como en el fútbol.

No hablaré aquí de quien pierde después de poner los huevos, el corazón y las tripas para ganar. Hay situaciones ineluctables. Hay realidades irreductibles.

De cualquier manera, nadie pierde si persevera en su crecimiento.

Hablo de quienes minuciosamente se programan para perder, de quienes gozan de la sensualidad de la derrota, ¡de la comodidad de la derrota!

Perder para denunciar (hacia sí mismo o hacia otros) la responsabilidad ajena de la desgracia propia que cultivan con ahínco.

La derrota como forma de vida, en la cosmovisión de quienes la eligieron como militancia, tiene un sabor a justicia, a verdad, a verdad eterna, a-histórica.

El que se elige (quizá, subconscientemente; quizá, por un imperativo biológico; tal vez, por razones históricas) PERDEDOR prefiere tener razón a crecer.

A partir de la derrota, el PERDEDOR encontrará el “norte” de su vida: narrar sus padecimientos y denostar al otro, al ganador.

En esos discursos (el narrativo y el denostativo), el PERDEDOR agota su vida.

El PERDEDOR dedica muchas horas del día a construir su ineptitud. Tiene cierta predilección hacia la no felicidad.

El PERDEDOR siempre tiene razón pero no hace nada. Describe “el maldito fenómeno”, "la enojosa situación" pero, sistemáticamente, se niega a buscar formas para superarla. ¡No! Si superare esa situación, dejaría de ser perdedor y sería un roñoso ganador.

Para mis amigos los psicólogos, es una de las formas de la neurosis. Perder implica sufrir, dolor y como la Santa Madre Iglesia nos enseña “el sufrimiento, salva”; es un refugio. SALVA DE HACERSE CARGO DE SÍ MISMO que es el peor de los infiernos.

O tal vez, como me decía mi agnóstico amigo Mario (a quien Dios lo tenga en la gloria): “SÓLO DIOS BRILLA EN EL TEMPLO”; “SÓLO LA SANTA MADRE IGLESIA BRILLA EN EL CORAZÓN DE LOS PUEBLOS meridionales”.

Asimismo, el PERDEDOR siempre tiene algo feo para contar. Denigra a los ganadores, a quienes dan la batalla de la vida, a quienes le encontraron la vuelta a la vida, a quienes se hacen cargo de sus defectos y limitaciones, a quienes tratan de crecer.

Para perder, para fracasar sobran los argumentos y es más cómodo que ganar, que construir el triunfo.

Creo que, en el momento actual, la sociedad argentina tiene en la doctora Carrió el rostro emblemático del perdedor. Construye con inteligencia, minucia y perseverancia la densa red que la conducirá a la derrota, a perder, a ser un PERDEDOR.

El otro rostro, el ganador, es Marcelo Tinelli mostrando a sus mujeres desnudas, procaces, sensuales, divertidas, frívolas; masculinos atléticos, algún bulto. Ignora que en el corazón del pueblo “sólo debe brillar la Santa Madre Iglesia”.

sábado, 21 de mayo de 2011

Prostitutas como recompensa e incentivo laboral



La empresa alemana “Munich Re”, una de las compañías de seguros más grandes del mundo, celebró una fiesta para sus agentes en la que estos fueron premiados con los servicios de prostitutas.

Un portavoz le explicó a la BBC que la fiesta fue organizada en 2007 para recompensar a los vendedores de seguros más exitosos.

Según indicó, las personas que organizaron la orgía habrían dejado la empresa hace ya algún tiempo. (Ahora, asesoran a la presidencia del FMI y al Primer Ministro italiano).La fiesta se celebró en un spa de Budapest, la capital húngara.

“Munich Re” es la re-aseguradora más grande del mundo, la empresa actúa como una compañía de seguros de otras compañías de seguros.

A la fiesta asistieron 100 personas y fueron contratadas 20 prostitutas.

Un diario de negocios alemán informó que las mujeres llevaban brazaletes con un código de colores que indicaban su disponibilidad y tenían en sus brazos un sello después de cada servicio prestado.

Según el diario Handelsblatt, que cita a un participante no identificado, los invitados pudieron llevar a las mujeres a los privados del spa "y cumplir todas sus fantasías".

"Después de cada encuentro, a las mujeres se le estampaba un sello en la parte inferior del brazo con el fin de controlar cuan a menudo cada mujer era frecuentada", señaló el participante.

"Las mujeres llevaban pulseras de color rojo y amarillo. Algunas eran anfitrionas, las demás cumplían todos tus deseos".

"También había mujeres con pulseras blancas. Estaban reservadas para miembros de la junta directiva y para los mejores representantes de ventas".

En conversación con la BBC, el portavoz admitió la celebración de la fiesta, pero dijo que esa no era la manera habitual de recompensar a sus empleados.

sábado, 14 de mayo de 2011

EL PODER DEL SEXO: ANCESTRAL Y VIGENTE



Caso 3:



Un sargento mató de más de 20 balazos a un comisario


Un sargento de la Policía Bonaerense mató de más de 20 balazos a un comisario de la fuerza, al que sorprendió junto a su mujer, quien también se desempeña como agente policial, en la ciudad Azul (Buenos Aires, Argentina).

El incidente, que terminó cuando el autor del crimen se entregó ante sus compañeros de la fuerza, se produjo en el Destacamento Balneario de la mencionada ciudad de Azul, en el cual el oficial asesinado se desempeñaba como jefe.

El crimen ocurrió cerca de las 2:30 de la madrugada, cuando el sargento Hernán Faure, de la “patrulla rural”, se presentó en el Destacamento Balneario ante la sospecha de que su esposa, una joven policía de 23 años con la que tiene una hija, lo engañaba con el jefe de la dependencia, el comisario Mariano Cafferatta, de 35 años.

Faure, 24 años, sorprendió al comisario con su mujer en el "privado", (pequeño departamento que utiliza el jefe para descansar cuando se encuentra de guardia en el destacamento).

Allí, el sargento vació dos cargadores de su arma reglamentaria, una pistola calibre 9 milímetros, sobre el cuerpo del jefe del destacamento. El oficial murió en el instante.

Antes de retirarse del “privado” Hernán Faure le dijo a su mujer (y amante del comisario): “No te mato por nuestra hija”.

El autor de los disparos se entregó a los otros policías que se encontraban en el destacamento y quedó detenido, acusado de "homicidio agravado", con intervención del fiscal Luis Palomares del Departamento Judicial de Azul.


("...había matado un hombre.")

viernes, 6 de mayo de 2011

CARNE DE CABALLO




Un negocio de la vergonzante Argentina

La Argentina ha liderado la exportación mundial de caballo por muchos años. En 2010, el país exportó 23.880 toneladas de carne equina, generando más de US$75 millones.

La carne de caballo argentina se vende principalmente a Rusia, Holanda, Francia, Italia, Japón, Bélgica y Alemania. El mercado ruso es el más grande: absorbe más de la mitad de la producción argentina.

Los consumidores de este tipo de carne aseguran que es más saludable, ya que tiene menos colesterol que la carne vacuna, posee un alto contenido de hierro y está libre de aftosa. Se estima que en 2009, se comercializaron 145.000 toneladas de carne equina en todo el mundo.

En la Argentina, la producción de carne de caballo comenzó a tomar vuelo a partir de 1995, año en el que se promulgó una ley que reguló la actividad.

Antes de eso, la faena de caballos para consumo doméstico estuvo prohibida por muchos años, dado que el caballo es considerado un noble compañero del hombre y no una fuente de alimento.

No obstante, el comercio en torno a este animal es histórico: ya en el siglo 18 se exportaban las cerdas de su cola a África y su cuero a Europa. La grasa de los caballos era utilizada para elaborar velas y jabones en “la jabonería de Vieytes”.

A partir del siglo 19 se empezó a usar la carne de caballo para fabricar embutidos y conservas. Hoy, el negocio continúa: en 2010 fueron sacrificados más de 150.000 equinos en la Argentina para satisfacer la demanda desde el exterior.

El país cuenta con 1.900.000 caballos registrados.

A pesar de ser un líder mundial en la exportación de carne de caballo, para la Argentina, este negocio representa una fracción mínima de su comercio exterior.

Si bien los US$ 75 millones que generó la venta de carne de caballo en 2010 es una cifra importante, se trata de un monto pequeño al lado de los US$ 1047 millones que aportó la carne vacuna, y los US$ 17.284 millones que ingresaron por la soja (el yuyito de Cristina).

Pese a ser un negocio marginal, representa cerca del 7% de las ventas de carne vacuna.

(Curtiendo exportaciones alternativas, hay que estudiar la posibilidad de producir y exportar perros, gatos, ranas, caracoles, cuises, lagartos y otros bichos. En todos estos rubros, especialmente en gatos, la Argentina cuenta con probados expertos. Marley sería un buen asesor (o ministro) del área.)