sábado, 25 de mayo de 2013

LOS ABUELOS

Por Enrique Orschanski
En los últimos 50 años, nuestro estilo de vida familiar cambió drásticamente como consecuencia de un nuevo sistema de producción.
La inclusión de la mujer en el circuito laboral llevó a que ambos padres se ausenten del hogar por largos períodos creando como consecuencia el llamado “síndrome de la casa vacía”.
El nuevo paradigma implicó que muchos niños quedaran a cargo de personas ajenas al hogar o en instituciones. Esta tercerización de la crianza se extendió y naturalizó en muchos hogares.
Algunos afortunados todavía pueden contar con sus abuelos para cubrir muchas tareas: la protección, los traslados, la alimentación, el descanso y hasta las consultas médicas. Estos privilegiados chicos tienen padres de padres y lo celebran eligiendo todos los apelativos posibles: abu, abuela/o nona/o bobe, zeide, tata, yaya/o opi, oma, baba, abue, lala, babi, o por su nombre, cuando la coquetería lo exige.
LOS ABUELOS NO SÓLO CUIDAN, SON EL TRONCO DE LA FAMILIA EXTENDIDA, LA QUE APORTA ALGO QUE LOS PADRES NO SIEMPRE VISLUMBRAN: PERTENENCIA E IDENTIDAD, FACTORES INDISPENSABLES EN LOS NUEVOS BROTES.
La mayoría de los abuelos siente adoración por sus nietos. Es fácil ver que las fotos de los hijos van siendo reemplazadas por las de éstos. Con esta señal, los padres descubren dos verdades: que no están solos en la tarea y que han entrado en su madurez.
El abuelazgo constituye una forma contundente de comprender el paso del tiempo, de aceptar la edad y la esperable vejez.
Lejos de apenarse, sienten al mismo tiempo otra certeza que supera a las anteriores: los nietos significan que es posible la inmortalidad. Porque al ampliar la familia, ellos prolongan los rasgos, los gestos: extienden la vida. La batalla contra la finitud no está perdida, se ilusionan.
Los abuelos miran diferente. Como suelen no ver bien, usan los ojos para otras cosas. Para opinar, por ejemplo o para recordar.
Como siempre están pensando en algo, se les humedece la mirada; a veces tienen miedo de no poder decir todo lo que quieren.
La mayoría tiene las manos suaves y las mueven con cuidado. Aprendieron que un abrazo enseña más que toda una biblioteca.
Los abuelos tienen el tiempo que se les perdió a los padres; de alguna manera pudieron recuperarlo. Leen libros sin apuro o cuentan historias de cuando ellos eran chicos. Con cada palabra, las raíces se hacen más profundas; la identidad, más probable.
Los abuelos construyen infancias, en silencio y cada día. Son incomparables cómplices de secretos. Malcrían profesionalmente porque no tienen que dar cuenta a nadie de sus actos. Consideran, con autoridad, que la memoria es la capacidad de olvidar algunas cosas. Por eso no recuerdan que las mismas gracias de sus nietos las hicieron sus hijos. Pero entonces, no las veían, de tan preocupados que estaban por educarlos. Algunos todavía saben jugar a cosas que no se enchufan.
Son personas expertas en disolver angustias cuando, por una discusión de los padres, el niño siente que el mundo se derrumba. La comida que ellos sirven es la más rica; incluso la comprada. Los abuelos huelen siempre a abuelo. No es por el perfume que usan, ellos son así. ¿O no recordamos su aroma para siempre?
Los chicos que tienen abuelos están mucho más cerca de la felicidad. Los que los tienen lejos, deberían procurarse uno, siempre hay buena gente disponible.
Finalmente, para que sepan los descreídos: LOS ABUELOS NUNCA MUEREN, SÓLO SE HACEN INVISIBLES.

sábado, 18 de mayo de 2013

Nínive y “los jardines colgantes”



Por Telésforo

telesforoagarre@gmail.com

La ubicación geográfica de una de las siete maravillas del “mundo antiguo”, los llamados jardines colgantes de Babilonia, ha sido uno de los grandes misterios de la llamada “Antigüedad”.
Por no haber encontrado ningún rastro de ellos en los vestigios de Babilonia, algunos arqueólogos dudaron de su existencia.
Ahora, una académica británica reunió una cantidad de pruebas textuales para demostrar que estaban en Nínive, a 480 kilómetros de Babilonia, a comienzos del siglo VII AC.
Después de 18 años de estudio, Stephanie Dalley (Universidad de Oxford) llegó a la conclusión de que fueron construidos por los asirios en el norte de Mesopotamia –actualmente Irak– y no por sus grandes enemigos, los babilonios, en el sur.
Su investigación demuestra que quien llevó a cabo esta proeza de ingeniería y arte no fue el rey babilonio Nabucodonosor sino el rey asirio Senaquerib.
La evidencia presentada por Dalley, experta en lenguas de Medio Oriente, surgió al descifrar las escrituras cuneiformes babilonia y asiria y reinterpretar posteriores textos griegos y romanos. En estos figuraba una inscripción asiria del siglo VII a.C. que, según pudo descubrir, había sido mal traducida a principios del siglo pasado. Se sorprendió al encontrar la descripción del propio Senaquerib de un “palacio sin parangón” y una “maravilla para todos los pueblos”.
Describe la maravilla de una espiral que elevaba el agua y formaba parte de un complejo sistema de canales, diques y acueductos para traer agua de ríos que estaban a 80 kilómetros de Nínive y los jardines colgantes. El texto registra que el agua se extraía “todo el día”.
Recientes excavaciones hallaron rastros de acueductos. Uno, cerca de Nínive, era tan grande que, según dijo Dalley, desde el aire sus vestigios parecen un tramo de autopista. Después de haber abordado su teoría en 1992, Dalley está presentando ahora una multitud de pruebas en su libro “El misterio de los Jardines Colgantes de Babilonia”, que Oxford University Press dará a conocer el 23 de mayo. La autora supone que dividirá a la opinión académica, pero la evidencia la convenció de que los jardines de Senaquerib cumplen con los requisitos para ser una maravilla del mundo, “una concepción magnífica, espectacular en materia de ingeniería y artísticamente brillante”. Dalley reconstruyó textos antiguos donde se revela un jardín que recreaba un paisaje de montaña. Tenía terrazas, senderos con columnas, plantas exóticas, árboles y torrentes ondulantes. Hasta el momento, es poco lo que se ha estudiado sobre Nínive porque se consideraba que el lugar era peligroso para hacer excavaciones.
En la Sagrada Biblia se cita un oráculo que lanzó el profeta Nahum, en referencia a Nínive. (3, 1-7):
1  !Ay de ti, ciudad sanguinaria, llena toda de fraudes y de extorsiones, y de continuas rapiñas! 2 Óyese estruendo de látigos, estruendo de impetuosas ruedas, y de relinchos de caballos, y de carros ardientes, y de caballería que avanza, 3 y de relucientes espadas, y de relumbrantes lanzas, y de muchedumbre de heridos que mueren, y de grandísima derrota: son innumerables los cadáveres: los unos caen muertos encima de los otros. 4 Todo esto por causa de las muchas fornicaciones de la ramera bella y agraciada, la cual posee el arte de hechizar, y ha hecho esclavos de sus fornicaciones a los pueblos, y de sus hechizos a las familias. 5 Aquí estoy yo contra ti, dice el Señor de los ejércitos, y descubriré tus infamias ante tu misma cara, y mostraré a las gentes la desnudez tuya, y a los reinos tu oprobio. 6 Y haré recaer sobre ti tus abominaciones, y te cubriré de afrentas, y te pondré de modo que sirvas de escarmiento. 7 Y entonces todos cuantos te vieren, retrocederán lejos de ti horrorizados, diciendo: Nínive ha sido asolada. ¿Quién con un movimiento de cabeza mostrará compasión de ti? ¿Dónde buscaré yo quien te consuele?

sábado, 11 de mayo de 2013

DESPERTAR

Por Elétor
hectorco@infovia.com.ar
Despertó en la playa. Ladeó la cabeza de un lado al otro y se encontró solo. El murmullo de las olas llegó a sus oídos y sus ojos miraron la lejanía contemplando el vacío del horizonte. En un instante, tuvo el acertado sentimiento de que había sido abandonado y la experiencia súbita de la soledad absoluta ante la pérdida de su entorno tan  familiar  hasta ese momento. El amo de siempre que  había jugueteado con él innumerables veces y que tantos mimos le había ofrecido ya no estaba a su lado; se había ido quien sabe adónde para no retornar a buscarlo. Esa sensación de desconcierto duró algunos minutos y aunque no estaba en  su naturaleza el contabilizar el tiempo sino solamente merodear por el espacio,  experimentó  de repente que de un lugar apacible y placentero, el paisaje se le tornó arisco y  muy lejos de ser hospitalario  y un sitio poco favorable donde  arraigarse. Se levantó miró hacia todos lados y comenzó la ardua tarea de caminar lentamente por una de las calles centrales de la ciudad  que para él era solamente un sendero más y que no tenía un nombre, ni número, y que esa caminata tampoco significaba ahora un paseo como cuando salía a correr  con su amo y evocaba el sonido con que lo llamaba , que aparentemente en el lenguaje humano significaba algo, pero que para él no era nada más que  un eco  que correspondía con gestos de alegría y de obediencia en los espectaculares  saltos que realizaba alrededor de piernas conocidas y de una mano que sujetaba una correa que terminaba con algo así como un collar arrollado a su pescuezo.
Siguió caminando, observando cada cosa que se interponía en su camino. De pronto se dio cuenta que tenía hambre y sed. ¡Qué fácil resultaba antes el tener esas sensaciones y lo rápido con qué le suministraban  esos elementos cuando los necesitaba! ¿Cómo haría ahora? Miró a su alrededor y vio un charco con agua.  Al principio dudó pero la sed era muy grande, así que se precipitó rápidamente en el charco, que a él le pareció un oasis y sorbió esa estancada agua  con ganas una y otra vez hasta saciar la sequedad áspera de su garganta. También y un poco más adelante  vio un bulto tirado en  la calle, lo rompió y con sorpresa comprobó  que había comida que alguien había escondido en esa bolsa. Engulló con rapidez esos restos hasta terminarlos. Los humanos dicen que sólo ellos son capaces de rumiar cosas en su cerebro pero él evidentemente rompía con esa regla.
Se le ocurrió cavilar que aquello que le ocurría ¿no sería acaso el precio que había que pagar por no contar con un dueño que le proporcionara el alimento y cierta protección, a cambio de soportar los cambios de humor y  sus quejas y a veces hasta  sufrir algún  castigo, cuando algo que  hacía no estaba dentro de sus planes? Se sintió anímicamente un poco mejor y se alegró de poder ir libremente por donde quisiera sin que lo condicionaran con el collar y le indicaran con golpes de soga el camino a seguir. También sospechó  que surgirían inconvenientes y nuevos peligros y que el mundo que se abría ante sus ojos no era un lecho de rosas, pero experimentar que solamente era un ser libre y sin ataduras,  era eso lo que ahora importaba.
En ese súbito despertar lo embargó una inmensa alegría y husmeando ávidamente el sendero, se alejó calle abajo hacia otro destino para él desconocido.

sábado, 4 de mayo de 2013

LA VIDA ES BELLA




Por Telésforo

telesforoagarre@gmail.com

Una mujer obligó a su hija adoptiva de 14 años a someterse a inseminaciones caseras para darle un nuevo bebé, luego de que ella no pudiera adoptar más hijos. Ella misma se encargaba de conseguir el esperma por Internet, a través de un banco internacional de donantes, así como de realizar la inseminación mediante una jeringa o un dispositivo para duchas vaginales. El caso se descubrió en el hospital, cuando la joven se negó a entregar el bebé a su madrastra y los empleados avisaron a los servicios sociales.
Después de una sentencia secreta para preservar la identidad de la menor, el diario británico The Guardian reveló esta escalofriante historia. Hoy, la madre adoptiva (que no fue identificada para evitar que se conozca la identidad de su hija y su nieto) cumple una condena de cinco años de prisión, tras admitir crueldad infantil.
En la sentencia del tribunal se explica que la mujer obligó a su hijastra a someterse a este tratamiento casero ante la imposibilidad de realizar una nueva adopción. Ella ya había adoptado a tres niños (bebés) en el extranjero: dos veces cuando estaba casada y otra como madre soltera después de su divorcio. Ella había decidido no dar a luz ella misma por su estado de salud y porque se había sometido a una esterilización electiva. Así, su pretensión era lograr el embarazo de su hija adoptiva para quedarse con el pequeño bebé.
La sentencia dice que la hija “quedó embarazada por pedido de su madre, usando semen donado que fue comprado por la madre, con el objetivo de proporcionarle un cuarto hijo para que aparezca como suyo”. Agrega: “El programa de Inseminación Artificial fue planeado cuando A [la hija] tenía 13 años, comenzó cuando tenía 14 años y terminó cuando ella quedó embarazada de D [su hijo]”, a los 16 años.
La verdad se descubrió en el hospital, tras el nacimiento del pequeño: las actitudes de la madrastra fue lo primero que alertó al personal del hospital. La describieron como “agresiva e insensible” y dijeron que intentó impedir que su hija le dé pecho al recién nacido.
La madre, descripta como “muy elocuente” y a la que “le encanta a los niños”, había aislado a la familia: los niños fueron educados en casa, y el padre adoptivo de los dos mayores fue deliberadamente excluido, no sabía dónde vivían y no los había visto desde hacía 10 años.
Entre los detalles develados en el juicio se informó que la acusada compró un equipo de prueba de ovulación, para saber en qué momento su hija tenía más probabilidades de concebir. Además, como quería una niña, obligó a la joven a aplicarse dolorosas duchas vaginales ácidas, con vinagre o jugo de limón; asimismo, a seguir una dieta especial, creyendo que podría afectar el género del bebé.