Por Telésforo
telesforoagarre@gmail.com
Una mujer obligó a su hija adoptiva
de 14 años a someterse a inseminaciones caseras para darle un nuevo bebé, luego
de que ella no pudiera adoptar más hijos. Ella misma se encargaba de conseguir
el esperma por Internet, a través de un banco internacional de donantes, así
como de realizar la inseminación mediante una jeringa o un dispositivo para
duchas vaginales. El caso se descubrió en el hospital, cuando la joven se negó
a entregar el bebé a su madrastra y los empleados avisaron a los servicios
sociales.
Después de una sentencia secreta
para preservar la identidad de la menor, el diario británico The Guardian
reveló esta escalofriante historia. Hoy, la madre adoptiva (que no fue
identificada para evitar que se conozca la identidad de su hija y su nieto)
cumple una condena de cinco años de prisión, tras admitir crueldad infantil.
En la sentencia del tribunal se
explica que la mujer obligó a su hijastra a someterse a este tratamiento casero
ante la imposibilidad de realizar una nueva adopción. Ella ya había adoptado a
tres niños (bebés) en el extranjero: dos veces cuando estaba casada y otra como
madre soltera después de su divorcio. Ella había decidido no dar a luz ella
misma por su estado de salud y porque se había sometido a una esterilización
electiva. Así, su pretensión era lograr el embarazo de su hija adoptiva para
quedarse con el pequeño bebé.
La sentencia dice que la hija “quedó embarazada por pedido de su madre,
usando semen donado que fue comprado por la madre, con el objetivo de
proporcionarle un cuarto hijo para que aparezca como suyo”. Agrega: “El programa de Inseminación Artificial fue planeado cuando A [la hija] tenía 13
años, comenzó cuando tenía 14 años y terminó cuando ella quedó embarazada de D
[su hijo]”, a los 16 años.
La verdad se descubrió en el
hospital, tras el nacimiento del pequeño: las actitudes de la madrastra fue lo
primero que alertó al personal del hospital. La describieron como “agresiva e insensible” y dijeron que intentó
impedir que su hija le dé pecho al recién nacido.
La madre, descripta como “muy elocuente” y a la que “le encanta a los niños”, había aislado a
la familia: los niños fueron educados en casa, y el padre adoptivo de los dos
mayores fue deliberadamente excluido, no sabía dónde vivían y no los había
visto desde hacía 10 años.
Entre los detalles develados en el
juicio se informó que la acusada compró un equipo de prueba de ovulación, para
saber en qué momento su hija tenía más probabilidades de concebir. Además, como
quería una niña, obligó a la joven a aplicarse dolorosas duchas vaginales ácidas, con vinagre o jugo de limón; asimismo, a seguir una dieta especial, creyendo
que podría afectar el género del bebé.
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