En Gran Bretaña se podría utilizar en breve gatos simulados y otros robots para acompañar y cuidar a los ancianos del país. El debate surgió tras la publicación de un informe de la Royal Academy of Engineering, que muestra el rápido desarrollo de los soldados robots y los dipositivos quirúrgicos.
Sin embargo, el estudio señala que las principales barreras son de carácter ético y legal. "No está limitado tanto por las posibilidades tecnológicas como por el deseo de hacerlo; eso contiene todo tipo de factores sociales", asegura el profesor de la Universidad de Southampton Will Stewart, uno de los responsables del informe.
Una mascota robótica podría ayudar a dar la voz de alarma en caso de un accidente, controlar el contenido de la heladera para asegurarse de que los ancianos no pasan hambre, mientras que otras aplicaciones de voz podrían recordarles que apaguen la calefacción
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