Un húngaro que hoy tiene 68 años vivió durante tres años en condiciones de miseria en un establo, tras ser vendido como esclavo a una familia por su propia hija.
El diario "Népszabadság" publica hoy que el caso se descubrió cuando empleados del ayuntamiento de Újkígyós, cerca de Rumania, encontraron al hombre mientras realizaban un estudio sobre las condiciones de vida de los vecinos de la aldea.
El hombre trabajaba gratis para los dueños de la casa y recibía sólo comida una vez al día. Los exámenes médicos demostraron que tenía varias costillas rotas y padecía sarna.
El alcalde de la localidad, Zoltán Szebellédi, explicó que éste no es el único caso de esclavitud develado en Újkígyós y señaló que en todos ellos estaban implicadas familias gitanas.
De todas formas, nadie había denunciando el caso hasta ahora y las autoridades tampoco han ofrecido más información al respecto.
Anteriormente se conoció otro caso, cuando un hombre de más de 50 años se escapó durante una fiesta de una casa donde vivía como esclavo con otras 3 personas, en la cercana localidad de Szarvas.
El alcalde de Újkígyós opinó que las leyes "son débiles contra este tipo de delitos", lo que limita la capacidad de actuación de la Policía.
Los políticos manejan diferentes datos sobre la "esclavitud moderna", pero según el refugio de vagabundos de la ciudad de Gyula, se registran al menos 10 casos cada año.
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