En su última visita a París (septiembre de 2011), Cristina Kirchner se alojó en el lujoso hotel George V de la cadena Four Seasons.
La Presidente y su hija Florencia ocuparon una suite estándar del séptimo piso.
La Presidenta llegó a Francia en un chárter con una delegación ínfima: sólo viajaron su hija y el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, uno de sus hombres de máxima confianza. El resto de los funcionarios fue arribando en vuelos de línea y no vino ningún representante del ala económica o comercial del Gobierno.
Cristina Kirchner tiene en agenda sólo cuatro actividades en tres días; no se ha previsto ninguna firma de convenios entre los gobiernos; hay una comitiva reducida de muy bajo perfil y la compañía de su hija Florencia.
El disparador de la visita a Francia fue la decisión presidencial de acompañar a la asociación Abuelas de Plaza de Mayo en la entrega de un premio que le dará la Unesco, considerado la antesala del Nobel de la Paz.
Contra reloj, el Gobierno cerró un encuentro con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, pero no informó sobre los temas de interés o ejes que se plantearán en esa reunión, que será pasado mañana.
El resto de la comitiva se aloja en el hotel De Sers. Están en París el canciller Héctor Timerman; el ministro de Turismo, Enrique Meyer; el senador Daniel Filmus; el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora; el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini (ya mencionado), y el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.
(¡QUÉ LINDO QUE LA GENTE SEA FELIZ, PASEE Y TENGA ÓPTIMA CALIDAD DE VIDA!)
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