Los seres humanos no son los únicos capaces de ser generosos, según reveló un estudio americano, que comprobó cómo un grupo de chimpancés optó siempre por compartir un premio con su pareja, sobre todo si ésta se mostraba paciente (La paciencia es la clave).
Según los autores del estudio, publicado en la revista científica PNAS, la investigación contrasta con otras que apoyan la teoría de que el altruismo humano evolucionó en los últimos seis millones de años, sólo después de que los hombres se diferenciaran de los monos.
"Este estudio confirma la naturaleza pro social de los chimpancés con unas pruebas mejor adaptadas a la especie", señala el estudio.
Varios estudios anteriores dieron un resultado opuesto debido a defectos de logística, como la complejidad de los mecanismos empleados para recompensar a los chimpancés y la distancia existente entre los animales.
Los investigadores simplificaron al máximo la prueba, en la que dieron a elegir a siete chimpancés adultas ("chimpanzas adultas", según la gramática de Cristina) entre obtener una recompensa para sí mismas o para sí mismas y su pareja.
Para ello les presentaron un cubo con fichas de dos colores distintos, uno de los cuales podía ser intercambiado por un premio para la pareja y otro por un premio sólo para ellas.
Las siete chimpancés (Perdón, Cristina) optaron de modo aplastante por la opción pro social, sobre todo si su pareja se mostraba paciente o se limitaba a recordarles su presencia de una manera discreta, señala el estudio.
Pero las chimpancés estudiadas se mostraron más reacias a premiar a las parejas alborotadoras, que mendigaban de forma persistente o les escupían agua. Esto demuestra que su altruismo era espontáneo y no fruto de la intimidación, añade el estudio.
"Nos emocionó ver que una hembra tras otra eligió la opción que le proporcionaba comida tanto a ella como a su pareja", afirma el informe.
El estudio pone fin al rompecabezas sobre el altruismo de los chimpancés y sugiere que el altruismo humano no es una anomalía, como se llegó a pensar.
Los resultados de estudios anteriores no se correspondían con el comportamiento de estos monos en el medio salvaje, donde han demostrado varios grados de empatía.
Los chimpancés comparten tantos rasgos con los seres humanos que en ocasiones pueden producir escalofríos. Son inteligentes, capaces de aprender el lenguaje de los signos e incluso saben mentir (Pueden ser políticos). Reaccionan con dolor ante la muerte de un congénere y hacen planes para el futuro. Por si fuera poco, ahora los investigadores del Yerkes National Primate han descubierto en estos primates una cualidad que se creía exclusivamente humana: la generosidad.
Los científicos aseguran que los chimpancés son altruistas por naturaleza y que comparten sus golosinas con otros monos de forma espontánea. Pero eso no es todo. Estudios anteriores de una investigación científica japonesa señalaban que los chimpancés jóvenes tienen una memoria extraordinaria, muy superior a la de los humanos adultos.
Ese estudio afirma que los chimpancés jóvenes recuerdan números mostrados en una pantalla de ordenador tras un simple vistazo. Los científicos, dirigidos por el profesor Tetsuro Matsuzawa, del Instituto de Investigación sobre Primates de la Universidad de Kioto, afirman que los resultados de la investigación sugieren que los humanos perdieron una capacidad similar para poder adoptar otras destrezas.
"La capacidad del cerebro es limitada. Tal vez los humanos abandonaron habilidades antiguas para adquirir capacidades nuevas, como el lenguaje", explicó Matsuzawa.
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