Por MANUEL TREJO
Aristóteles, el creador de la lógica, en sus investigaciones sobre las formas del razonamiento válido, llegó a descubrir (¿o inventar?) lo que denominó silogismo. Este consiste, como es sabido, en razonar a partir de dos enunciados: de un primero llamado premisa mayor y de un segundo llamado premisa menor arribar a un tercero llamado conclusión. El ejemplo clásico que se nos daba en la escuela secundaria para ilustrar el silogismo era: premisa mayor [PM], Todos los hombres son mortales; premisa menor [pm], Sócrates es hombre; conclusión [C], Sócrates es mortal, y se nos decía que la conclusión se imponía al espíritu necesariamente. Aristóteles creó una doctrina muy elaborada sobre el silogismo y sus aplicaciones que no es del caso desarrollar aquí pero, entonces como ahora, hay muchas maneras de interpretar la naturaleza de tal necesidad espiritual impuesta al razonamiento.
La cuestión Malvinas debería abordarse racionalmente, es decir aplicando, por ejemplo, las formas aristotélicas del razonamiento válido
Hace 2.500 años, para el filósofo griego no existían América, Argentina ni las Islas Malvinas; puede que tuviera noticia de Anglia (Inglaterra: tierra de los anglos). Entonces ¿por qué relacionarlos? Porque se me ocurre que la cuestión Malvinas debería abordarse racionalmente, es decir aplicando, por ejemplo, las formas aristotélicas del razonamiento válido o, dicho de otra manera, utilizar más la razón que el corazón al elegir el método más plausible, en caso de que una eventual solución del conflicto llegara, como es deseable, por la pacífica vía de la negociación. Negociar es, de alguna manera, confrontar. Los ingleses tienen fama de flemáticos; para ellos las Malvinas constituyen un asunto puramente estratégico en el que están en juego intereses económicos y de dominio en espacios del Atlántico Sur. Los argentinos somos pasionales, de tal modo que el slogan las Malvinas son argentinas está muy metido en nuestra conciencia colectiva porque una parte del territorio patrio es, todavía, irredento. Si la pasión no está controlada por la razón, corre el riesgo de derivar en ansiedad, con la consiguiente pérdida de la serenidad necesaria para llegar a soluciones equilibradas. Es de manual que la buena diplomacia demanda el uso de una serena racionalidad, a la hora de defender los intereses por ella representados. No es un juego de suma cero, en el que uno gana lo que el otro pierde, sino un largo ejercicio dialéctico de demandas y ofertas racionalmente negociadas, para llegar finalmente al punto de equilibrio: la resolución del conflicto.
LOGICA UNIVERSAL
La lógica en general y, en particular la aristotélica, no es argentina ni británica, es universal y, por lo tanto, ambos contendientes podrán usarla en sus argumentos. Sucede que los ingleses o, mejor dicho, la filosofía inglesa, por siglos, ha girado alrededor de investigaciones sobre el razonamiento válido, reflejadas en la moderna filosofía analítica, de la que fueron fundadores; es decir que poseen una larga tradición en los modos prácticos del pensamiento racional que, sin duda ha influido sobre sus métodos diplomáticos. Por ello los argentinos debemos ser muy cuidadosos el enfrentar semejantes negociadores, y proveernos de un selecto y meditado arsenal de argumentos defensivos y ofensivos, a la hora de sentarnos a la mesa de las negociaciones, sin olvidar que, dada la situación actual, una vez iniciadas, van a durar mucho tiempo. Por ello es recomendable que todos los argentinos y, en especial, los que vayan a negociar, no entremos en ansiosas urgencias que nos hagan perder el sereno pensar.
Recurramos a la silogística aristotélica para ensayar algunos argumentos que nos ayuden a imaginar posibles cursos de acción, dada la situación actual del conflicto.
1°.- [PM] Cuando, históricamente, algunos países han alcanzado tal grado de desarrollo económico industrial que se les plantea la necesidad de disponer de materias primas para el mantenimiento de sus procesos productivos, insuficientes o inexistentes en su suelo, deciden salir a conquistar y dominar territorios de ultramar, dando lugar a lo que primero fue colonialismo y después imperialismo. [pm] Inglaterra ha sido una de las naciones que más territorios de ultramar conquistó en la historia. Inglaterra invadió y conquistó el territorio argentino de las Islas Malvinas, con la intención de tener dominio estratégico sobre el Atlántico Sur. [C] Por tanto Inglaterra sigue siendo un país colonialista e imperialista.
2°.- [PM] Una guerra difícilmente dirima un conflicto cuando hay vencedores y vencidos, sobre todo si el vencido ha sido, más allá de la justicia de su causa, el país agresor. [pm] La lógica de toda guerra, por lo general injusta, genera el derecho de la fuerza al vencedor. [C] De hecho, el triunfo objetivo para los ingleses, y subjetivo para los actuales habitantes de las islas, ha reforzado su intransigencia en los términos en que está planteado el conflicto. No está en su lógica triunfalista ganar la guerra y perder el territorio reconquistado.
3°.- [PM] Las acciones puramente ofensivas, formales o materiales, sólo sirven para potenciar el conflicto y alejar las posibles soluciones negociadas. [pm] Actualmente la Argentina apela a declaraciones formales, tanto exclusivas como con la solidaridad de países latinoamericanos. Inglaterra toma medidas materiales para demostrar su poderío estratégico y bélico. [C] Planteada la situación de esta manera, la Argentina queda en una posición estratégica y diplomáticamente débil frente a Inglaterra, lo que le hace más necesaria que nunca una solución negociada.
Si se me permite la expresión, Argentina debe aristotelizar su sistema argumentativo y tratar de iniciar, cuanto antes, las negociaciones con Inglaterra, sin dejar de tener en cuenta lo que el Estagirita dijo en su Política: Es más difícil organizar una paz que ganar una guerra, pero los frutos de la victoria se perderán si la paz no está organizada.
[Observo, en esta original mirada, que la derrota es (teóricamente) más rica que la victoria]
(Artículo recuperado de EL DÍA de la ciudad de La Plata, Bs As, Argentina; 14.02.2012)