sábado, 10 de agosto de 2013

EL TANGO EN RUSIA

Taya Finénkova y Dmitri Vasin son dos bailarines que representaron a Rusia en el Mundial de Tango de Buenos Aires de 2012.
En la categoría “tango-salón”, obtuvieron un 5º puesto. También recibieron la distinción especial del jurado que los reconoció como la “mejor pareja extranjera”.
Antes se decía que, por su temperamento nórdico, los rusos no podían alcanzar ese punto de expresividad necesario como para bailar un buen tango. Ahora, queda claro que eso no es así, y nosotros estamos para demostrarlo”, afirman los bailarines.
Taya y Dmitri de 20 y 24 años, respectivamente, son bailarines profesionales que empezaron su carrera en el género “tango-salón” a una edad muy temprana para una pareja rusa. Desde hace cinco años, se dedican al tango y actualmente son profesores a tiempo completo en el prestigioso club “GallaDance”, que cuenta con 11 sucursales entre Moscú, San Petersburgo y otras ciudades de Rusia. Además, son los actuales campeones de Europa en categoría “tango-escenario”.
Tuvimos suerte ya que para ambas competencias nos prepararon los destacados tangueros argentinos, Sebastián Arce y Mariana Montes”,  dice Dmitri. “Además de algunos trucos técnicos, nos enseñaron a dejar de lado la racionalidad y dejarnos llevar por el tango. ¿Cómo lograrlo? Concentrándonos en nosotros mismos y no en la competencia. Cada pieza es como una vida, y nosotros somos un hombre y una mujer, a los que les pasan cosas”.
Según Sebastián Arce, que actualmente reside en Moscú, “los rusos son los mejores bailarines de tango en el mundo, actualmente”. En una entrevista a “Rusia Hoy” el famoso bailarín explicó: “Aquí no ocurre lo que en otros países, donde el tango se baila por un criterio puramente estético. En Rusia, tratan de buscarle sentido y el baile se convierte en toda una filosofía”.
Taya Finénkova confirma las palabras de su gurú: “El tango es para nosotros una realidad paralela, la posibilidad de experimentar algo diferente. También, tiene algo de deporte. Pero más que nada se trata de emociones enmarcadas en el movimiento”.
En 2005, cuando en Moscú empezó el “boom” tanguero, fueron otros bailarines, oriundos de San Petersburgo, los que llegaron a la final del Mundial de Buenos Aires: Alexéi Barbólin y Yulia Zúyeva.
Empezaron a bailar juntos en 1998. En el  2000, ambos fundaron su propio club, “Tangomania”. Actualmente es una de las escuelas más importantes del país y desde el 2003 está oficialmente reconocida como una sucursal de la Academia de Tango de Buenos Aires en Rusia. No les faltan alumnos.
Hoy en día la cantidad de milongas locales y clubes donde se enseña el tango crece de manera imparable. Ya hay unas 50 escuelas esparcidas por todo el país.
En Cheliábinsk, la capital industrial de los Urales, funciona desde el 2005 “Chocolad”: una escuela que en marzo de este año dio a sus alumnos la posibilidad de asistir a clases magistrales con Ariadna Naveira (hija de los inigualables Gustavo Naveira y Olga Besio) y Fernando Sánchez.
En la mayoría de estas escuelas, además del tango se enseñan otros ritmos como salsa, merengue, samba, ballroom. En esas escuelas, el tango ocupa el primer lugar.
El alumno puede elegir entre clases individuales o en grupo. Viene a inscribirse mucha gente. Gran cantidad de bailarines profesionales llegan al tango después de su experiencia en el ballet clásico, el ballroom o la salsa.
En 1998 la cantidad de moscovitas milongueros no superaba las 15 personas. Hoy, se trata de una comunidad que cuenta con 4.000 aficionados.
(Recuperado de “Rusia Hoy”)

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