sábado, 28 de junio de 2014

¿QUIÉN INVENTÓ LOS PANTALONES?

Por Telésforo

telesforoagarre@gmail.com

Un equipo internacional de arqueólogos descubrió los pantalones más antiguos del mundo, diseñados y confeccionados hace unos 3.000 años. El hallazgo se produjo en unas excavaciones recientes realizadas en la tumba Yanghai de Tarim Basin, al oeste de China, y, según los responsables del descubrimiento, lo más llamativo es que "se parecen a los actuales, tanto en forma como en costura".
Según la prestigiosa revista científica “Science News”, esta prenda habría pertenecido a pastores nómades de Asia Central.
Todos los datos apuntan, además, a que estos habrían sido los inventores de la prenda. Los pantalones les permitían mayor libertad de movimientos cuando montaban a caballo y, por lo tanto, una cierta ventaja en la guerra contra otros combatientes a caballos o no.
Los dos pastores hallados en la tumba con los pantalones tenían aproximadamente unos 40 años en el momento de su muerte y fueron enterrados con diversos objetos de cuero y metal; señal de que eran guerreros.
Los resultados de este descubrimiento revelan que cada uno de los pantalones se halla cosido; formado por tres piezas de lana marrón: una para cada pierna, y otra para la entrepierna. El diseño final incluye aberturas laterales, cadenas de sujeción en la cintura y motivos decorativos.
Se trata de develar si el invento se extendió al resto del mundo desde allí o surgió en varios lugares y épocas diferentes, de manera independiente. 
Los autores del descubrimiento, Ulrike Beck y Mayke Wagner, señalaron que no suele ser habitual que tejidos de tanta antigüedad sobrevivan sin descomponerse, así que ignoran si será posible realizar un hallazgo similar en otras partes del mundo.

sábado, 21 de junio de 2014

NI LA MÁS PUTA IDEA


Por Elétor
hectorco@infovia.com.ar
Es como si las musas me hubieran abandonado. No se me ocurría absolutamente nada sobre qué escribir.
Me dije a mí mismo ¡No se me ocurre ni la más puta idea! En otras circunstancias y estando en alguna conversación social, hubiera dicho, “ni la más remota idea” o bien diría “ni idea” dejando de lado la expresión “puta” por considerarla algo de mal gusto y, además, para no involucrar despectivamente  a esas damas que se dedican a comerciar con su cuerpo, rebajándolas en su condición de trabajadoras sociales. 
Entonces, desplace la mirada interior y la dirigí hacia esa expresión “ni la más puta idea”. ¿Cuándo pronunciamos tan solemne sentencia? En verdad, al principio quedé algo desconcertado porque es algo que jamás ponemos en cuestión. Hurgando un poco más en ese pensamiento tuve un atisbo de encontrar un hilo conductor para enfocar mi reflexión.
Lo primero que hallé es el reconocimiento de un estado de ignorancia.
Está  claro que ante una pregunta que alguien nos formula sobre un determinado tema, tenemos dos actitudes básicas. Primero, tratar de contestarla en forma afirmativa o negativa pero dejando establecido que sabemos sobre lo que decimos aunque a veces  tengamos que optar por una mentira o una respuesta con salida elegante.
La segunda posibilidad es la de responder con toda sinceridad que no tenemos “la más puta idea” sobre aquello que nos están preguntando o planteando como problema.
Además, y siguiendo con el hilo de la cuestión, el levantar el estandarte de la ignorancia sobre ciertas cuestiones es un interesante atajo para no desgastarse en discusiones frívolas, “no malgastar pólvora en chimangos”. 
Por eso estimo que, para resguardar una relación sana con uno mismo y con el prójimo, el reinado del  analfabetismo funcional es altamente positivo.
La manifestación de la ignorancia es el triunfo de la humildad sobre la soberbia. Destronamos esa fea tendencia a la “superioridad”.
Asimismo, para restablecer el equilibrio moral y librarte de sospechosas culpas es preferible refugiarse en la gran frase de Sócrates que dijo “Sólo sé  que no se nada”, haciéndose el memo en las cuestiones de la polis para que las arreglaran otros si podían,  porque él sabía de filosofía pero no de cómo hay que hacer para enderezar esos  manejos de políticos trasnochados.
Así como así, sin hacer daño a nadie, la antigua “puta” no me ha dado ideas pero me ha dado letra para escribir una nota de 413 palabras y 2500 caracteres (con espacio), alejado de moralinas no pertinentes.

sábado, 14 de junio de 2014

EXPLOTACIÓN INFANTIL

Por Monseñor JORGE LOZANO 
Nos hemos acostumbrado a usar mal el lenguaje. A algunos sustantivos les ponemos adjetivos impropios, inadecuados y mentirosos. Así, solemos hablar de amor pasajero o efímero, amigo traidor o justicia corrupta. También, de “trabajo infantil”.
En realidad, detrás de esa expresión se esconde la constatación de explotación y opresión (no trabajo) infantil. Esta triste e injusta situación está más extendida de lo que pensamos. Hay niños cartoneros, acróbatas de semáforos, repartidores de estampitas, vendedores de flores; muchos de ellos regresan muy tarde a casa, duermen poco y mal, se alimentan peor, y se van atrasando lapidariamente en la escuela.
Los vemos. ¿Los vemos de verdad?
Otros están más ocultos, son casi invisibles. Están esclavizados en talleres clandestinos de ropa de marca, o levantando cosechas a la par de adultos trasladados en camiones y durmiendo en galpones, oprimidos a la par de los adultos.
No faltan los mercenarios inescrupulosos que los usan como mulitas para trasladar drogas, o los encierran para venderlos.
Otros llegan a experimentar el horror del secuestro para su sometimiento a esclavitud sexual de depravados turistas extranjeros o degenerados viciosos locales, para vergüenza de la condición humana.
Hay lugares en los cuales son sometidos en las minas y destinados a ser soldaditos y carne de cañón.
Según algunos estudios, hoy por hoy en el mundo existen cerca de 400 millones de niños esclavos, algo así como 10 veces la población de la Argentina.
Unicef estima que alrededor de 300.000 menores participan en conflictos armados. Viene a mi memoria la oración desgarradora de uno de los Salmos de la Biblia: “¿Puede el Señor rechazar para siempre? ¿Ya no volverá a mostrarse favorable? ¿Se habrá agotado para siempre su amor, y habrá caducado eternamente su promesa? ¿Se habrá olvidado Dios de su clemencia o, en su enojo, habrá contenido su compasión?” (Salmo 77, 8-10) ¿Se habrá escondido Dios? ¿Qué futuro espera a quien pasa por estas experiencias a temprana edad? ¿Qué futuro nos espera a nosotros como humanidad?
Volvamos a nuestra querida Patria. Hay municipios en los cuales está prohibido andar en carros con tracción a sangre (de caballo), pero no pasa nada si quien realiza el esfuerzo es un “cachorro” de humano.
Cada cosa debe suceder a su tiempo y en su lugar. La ocupación del niño no puede ser otra que la tarea escolar. La infancia y adolescencia es el tiempo de la escuela, los juegos, la fantasía, la familia, los amigos, los cumpleaños, la plaza, la calesita. Lo que no se logra en la infancia no se recupera.
Hay retrasos afectivos y evolutivos de los cuales no se regresa.
La injusticia es un grito silencioso de dolor. Muchos tienen en sus bolsillos dinero sucio y manos manchadas de sangre, sudor y lágrimas infantiles
Una cosa es colaborar en casa o con alguna responsabilidad para estimular la cultura del trabajo, y otra es cumplir un horario para la producción económica.
Debemos invocar también el arrepentimiento por el silencio cómplice que se desentiende del drama de estos pequeños vulnerados en sus derechos más elementales.
Cada atropello que se ejecuta equivale a excrementarse sobre los libros sagrados de todas las religiones; es burla de las Convenciones y Declaraciones mundiales y locales acerca de los derechos de los niños.
Desde el 2002, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) instituyó el 12 de junio de cada año para generar conciencia en las sociedades y los gobiernos de las graves violaciones a los derechos de los niños y adolescentes que son conculcados con su explotación.
Cada acontecimiento deportivo global es también ocasión de crecimiento de explotación infantil y adolescente e incremento de la opresión y secuestro para la prostitución.
El mundial de fútbol (Brasil, 2014) no estará exento de esta actividad criminal. Pensémoslo. Prohibido hacerse los distraídos y mirar para el costado. Nuestros pequeños tienen grandes derechos.
[Material recuperado e intervenido de “EL DÍA”, matutino de la ciudad de La Plata, Buenos Aires, Argentina, 12/06/2014]

sábado, 7 de junio de 2014

Alexander Shulgin y el ÉXTASIS


Por Telésforo

telesforoagarre@gmail.com

El lunes murió Alexander Shulgin el bioquímico divulgador del ÉXTASIS.
Alexander Shulgin estudió química orgánica con una beca de la Universidad de Harvard. A los 19 años, dejó los estudios y se enroló en la Marina americana, donde finalmente se interesó en la farmacología. Después de servir en la Marina, volvió a Berkeley (California), donde había nacido en 1925, y en 1954, obtuvo su doctorado en Bioquímica. Posteriormente, completó su trabajo post-doctoral en los campos de la psiquiatría y la farmacología en la Universidad de California en San Francisco. Trabajó en Bio-Rad como director de investigación durante un breve lapso, luego empezó a trabajar en la Dow Chemical Company como investigador químico senior (Wikipendia).
Hacia fines de la década de 1950, probó el peyote (ver abajo) y descubrió que había drogas capaces de llevarlo más allá de las fronteras de su conciencia. Su interés era básicamente científico.
El peyote le hizo recuperar emociones y memorias de la infancia y lo puso en camino hacia las drogas psicoactivas. "Lo más revelador es que aquel recuerdo tan impresionante lo había producido una fracción de un gramo de un producto blanco y sólido. Lo que recordé procedía de las profundidades de mi memoria y mi psiquis. Entendí que nuestro universo está dentro de nuestra mente y nuestro espíritu. Podemos optar por no acceder a él, incluso podemos negar su existencia, pero sin duda está allí, dentro de nosotros, y si queremos hay productos químicos que pueden alcanzarlo" (Bennett, Drake - 30.01.2005)
En 1965 decidió montar su propio laboratorio, en una edificación de atrás de su casa. Solía trabajar con música rusa de fondo (Prokofiev, Shostakóvich, Rajmáninov); manejaba un Volkswagen Escarabajo y si lo invitaban a una fiesta se ponía un esmoquin, pero no se quitaba sus sandalias hechas a mano.
En el laboratorio de su domicilio, diseñaba y sintetizaba drogas psicodélicas. Documentaba la receta y los efectos que producía en la “Escala Shulgin”. Diseñó cerca de 150 drogas.
Todas las drogas eran probabas por él, su esposa Ann y un grupo de amigos.
A través de su amigo Bob Sager, director de los laboratorios occidentales de la DEA de EE. UU., Shulgin formalizó una relación con la DEA y empezó a realizar seminarios de farmacología para los agentes, proporcionando a la DEA muestras de varios compuestos y ocasionalmente sirviendo en calidad de experto como testigo en juicios. También fue autor de un paper de referencia para la aplicación de la ley sobre substancias controladas y recibió varios premios de la DEA.
Asimismo, consideraba (americano, al fin) que ningún gobierno debía entorpecer la libertad del individuo para explorar los límites de su conciencia. "La mayoría de las drogas no son adictivas, y ciertamente no son escapistas, pero son herramientas valiosas para la comprensión de cómo funciona la mente humana", escribió en su Twitter.
En 1967, Merrie Kleinman (una estudiante graduada del grupo de química médica a la que él había recomendado a la Universidad Estatal de San Francisco) le llamó la atención sobre el MDMA.
El MDMA había sido sintetizado y patentado por Merck en 1912 como subproducto de otra síntesis, pero fue considerado inservible y nunca fue explorado. Alexandro Shulgin siguió desarrollando un nuevo método de síntesis y en 1976, proclamó sus efectos beneficiosos. Le cedió el fármaco al psicólogo Leo Zeff quien la utilizó en su terapia; también, Zeff enseñó el manejo de la sustancia a cientos de psicólogos a lo largo y a lo ancho de USA.
Entre los psicólogos educados por Leo Zeff, estuvo Ann Gotlieb a quien Alexander Shulgin conoció en 1979 y con quien se casó en 1981.    
A través del universo de psiquiatras y psicólogos, el MDMA pasó a la cultura underground californiana, donde se vendía como ÉXTASIS.
Alexander Shulgin no la fabricaba ni se beneficiaba con su producción, distribución y venta.
El gobierno americano la prohibió en 1985 porque, argumentó, dañaba el cerebro. Shulgin se desesperó porque la ciencia perdía así un vehículo para superar traumas psicológicos asociados con la represión.
A Shulgin le habían diagnosticado cáncer de hígado hace un año. Murió el lunes a las 5 de la tarde en "la finca", como llamaba a su amplia residencia y laboratorio, en una zona remota de Lafayette (California), unos 35 kilómetros al este de San Francisco. Estaba escuchando música meditativa budista; lo rodeaban amigos y familiares. Tenía 88 años.

ALGO MÁS:
1) peyote. (Del nahua peyotl, capullo de gusano). m. Planta cactácea, de pequeño tamaño, que contiene una sustancia cuya ingestión produce efectos alucinógenos y narcóticos. || 2. Droga que se obtiene de esta planta.
2) nahua. (Del nahua náhuatl). adj. Se dice del individuo de un antiguo pueblo indio que habitó la altiplanicie mexicana y la parte de América Central antes de la conquista de estos países por los españoles, y alcanzó un alto grado de civilización. U. t. c. s. || 2. Perteneciente o relativo a este pueblo. || 3. Se dice de la lengua principalmente hablada por los indios mexicanos. U. t. c. s. m.
3) MDMA (éxtasis, rola, Adam, pasti, “la droga del amor”): En 1912, G. Mannish y W. Jacobsohn, trabajando en los Laboratorios Merck en Darmstadt sintetizaron el MDMA de modo accidental.
El hallazgo no fue seguido de estudios farmacológicos, y hasta 1953 el descubrimiento permaneció en el registro de patentes sin ninguna aplicación concreta.
La primera comunicación científica sobre efectos fisiológicos en seres humanos es de 1976 y se debe al químico y farmacólogo Alexander Shulgin.
En 1985, el MDMA fue prohibido en Estados Unidos, en tanto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó al MDMA en la Lista I de psicotrópicos, entre los fármacos sin usos terapéuticos, sólo admisibles en experimentos con animales. Al caer en la prohibición, quedaron interrumpidas varias investigaciones sobre los efectos de esta droga. Algo que no quedó claro para algunos en la historia de esta droga fue lo drástico de su prohibición, ya que no existían entonces pruebas de efectos nocivos, peligrosos o fatales, siendo la adicción menor que en otros fármacos debido a la baja tolerancia que el cuerpo humano desarrolla a la droga, y siendo la sobredosis algo improbable también. Se la incluyó en la "Lista I" junto con sustancias como LSD, heroína, cocaína y otras con riesgos altamente demostrados. Se dijo que detrás de esta prohibición existían intereses económicos de grandes compañías farmacéuticas fabricantes de antidepresivos y otras sustancias legales que no tenían competencia con los resultados del MDMA. Sumado a esto, estaban las investigaciones hechas por algunos profesionales con resultados altamente satisfactorios en el tratamiento de algunos traumas psicológicos y problemas de pareja.
Los efectos que supuestamente justificaban su prohibición aún siguen siendo cuestionados y no han podido ser demostrados en un uso no abusivo en seres humanos.
La prohibición impide que se realicen estudios con dicha droga, y más del 95 por ciento de los realizados se basan en experimentación con otros animales, cuyos resultados no son aplicables al ser humano.
Otro problema vinculado a la historia de esta sustancia es que uno de los estudios conducidos con primates por el doctor Ricaurte confundió y administró erróneamente dosis mortales de metanfetamina a los animales en lugar de la MDMA, y extrajo conclusiones y publicó las mismas sin reconocer su tremendo error.
Esos estudios, que pretendían ser determinantes en la toxicidad de la MDMA, resultaron ampliamente publicitados, pero no así la posterior rectificación pública y anulación de dichos resultados, cuando se descubrió que el estudio carecía de toda validez.
El MDMA alcanzó su auge de consumo ilegal entre la población más joven en los años 90, en los que emergió como algo novedoso, desligado de la figura del yonqui (junkie) (prototipo de adicto de los años 70 y 80). Sin embargo, no es exclusivamente el único contexto "lúdico" en que se consume esta droga.