Por Telésforo
telesforoagarre@gmail.com
El lunes murió Alexander
Shulgin el bioquímico divulgador del ÉXTASIS.
Alexander Shulgin estudió química orgánica
con una beca de la Universidad
de Harvard. A los 19 años, dejó los estudios y se enroló en la Marina
americana, donde finalmente se interesó en la farmacología. Después de servir
en la Marina, volvió a Berkeley
(California), donde había nacido en 1925, y en 1954, obtuvo su doctorado en Bioquímica. Posteriormente,
completó su trabajo post-doctoral en los campos de la psiquiatría y la farmacología en la Universidad de California en San Francisco. Trabajó en Bio-Rad
como director de investigación durante un breve lapso, luego empezó a trabajar
en la Dow Chemical
Company como investigador químico senior (Wikipendia).
Hacia fines de la década de 1950, probó el peyote (ver abajo) y descubrió que
había drogas capaces de llevarlo más allá de las fronteras de su conciencia. Su
interés era básicamente científico.
El peyote le hizo recuperar emociones y
memorias de la infancia y lo puso en camino hacia las drogas psicoactivas.
"Lo más revelador es que aquel recuerdo tan impresionante lo había
producido una fracción de un gramo de un producto blanco y sólido. Lo que
recordé procedía de las profundidades de mi memoria y mi psiquis. Entendí que nuestro universo está dentro de nuestra mente y
nuestro espíritu. Podemos optar por no acceder a él, incluso podemos
negar su existencia, pero sin duda está allí, dentro de nosotros, y si queremos
hay productos químicos que pueden alcanzarlo" (Bennett, Drake -
30.01.2005)
En 1965 decidió montar su propio
laboratorio, en una edificación de atrás de su casa. Solía trabajar con música
rusa de fondo (Prokofiev, Shostakóvich, Rajmáninov); manejaba un Volkswagen
Escarabajo y si lo invitaban a una fiesta se ponía un esmoquin, pero no se
quitaba sus sandalias hechas a mano.
En el laboratorio de su domicilio, diseñaba
y sintetizaba drogas psicodélicas. Documentaba la receta y los efectos que
producía en la “Escala Shulgin”.
Diseñó cerca de 150 drogas.
Todas las drogas eran probabas por él, su
esposa Ann y un grupo de amigos.
A través de su amigo Bob Sager, director de
los laboratorios occidentales de la DEA de EE. UU., Shulgin formalizó una relación con la DEA y
empezó a realizar seminarios de farmacología para los agentes, proporcionando a
la DEA muestras de varios compuestos y ocasionalmente sirviendo en calidad de
experto como testigo en juicios. También fue autor de un paper de referencia
para la aplicación de la ley sobre substancias controladas y recibió varios
premios de la DEA.
Asimismo, consideraba (americano, al fin)
que ningún gobierno debía entorpecer la
libertad del individuo para explorar los límites de su conciencia. "La mayoría de las drogas no son adictivas, y
ciertamente no son escapistas, pero son herramientas valiosas para la
comprensión de cómo funciona la mente humana", escribió en su Twitter.
En 1967, Merrie Kleinman (una estudiante
graduada del grupo de química médica a la que él había recomendado a la Universidad Estatal
de San Francisco) le llamó la atención sobre el MDMA.
El MDMA había sido sintetizado y patentado por Merck en 1912 como subproducto de otra síntesis, pero fue considerado
inservible y nunca fue explorado. Alexandro Shulgin siguió desarrollando un
nuevo método de síntesis y en 1976, proclamó sus efectos beneficiosos. Le cedió
el fármaco al psicólogo Leo Zeff quien la utilizó en su terapia; también, Zeff enseñó
el manejo de la sustancia a cientos de psicólogos a lo largo y a lo ancho de
USA.
Entre los psicólogos educados por Leo Zeff,
estuvo Ann Gotlieb a quien Alexander Shulgin conoció en 1979 y con quien se
casó en 1981.
A través del universo de psiquiatras y
psicólogos, el MDMA pasó a la cultura underground californiana, donde se
vendía como ÉXTASIS.
Alexander Shulgin no la fabricaba ni se
beneficiaba con su producción, distribución y venta.
El gobierno americano la prohibió en 1985
porque, argumentó, dañaba el cerebro. Shulgin se desesperó porque la ciencia
perdía así un vehículo para superar traumas psicológicos asociados con la
represión.
A Shulgin le habían diagnosticado cáncer de
hígado hace un año. Murió el lunes a las 5 de la tarde en "la finca",
como llamaba a su amplia residencia y laboratorio, en una zona remota de
Lafayette (California), unos 35 kilómetros al este de San Francisco. Estaba
escuchando música meditativa budista; lo rodeaban amigos y familiares. Tenía 88
años.
ALGO
MÁS:
1) peyote. (Del nahua peyotl, capullo de gusano). m. Planta cactácea, de pequeño tamaño, que contiene una sustancia
cuya ingestión produce efectos alucinógenos y narcóticos. || 2. Droga que se obtiene de esta planta.
2) nahua. (Del nahua náhuatl). adj. Se
dice del individuo de un antiguo pueblo indio que habitó la altiplanicie
mexicana y la parte de América Central antes de la conquista de estos países
por los españoles, y alcanzó un alto grado de civilización. U. t. c. s. || 2. Perteneciente o relativo a este pueblo.
|| 3. Se dice
de la lengua principalmente hablada por los indios mexicanos. U. t. c. s. m.
3) MDMA (éxtasis, rola,
Adam, pasti, “la droga del amor”): En 1912, G.
Mannish y W.
Jacobsohn, trabajando en los Laboratorios Merck en Darmstadt sintetizaron el MDMA de
modo accidental.
El hallazgo no fue seguido de estudios
farmacológicos, y hasta 1953 el descubrimiento permaneció
en el registro de patentes sin ninguna aplicación concreta.
La primera comunicación científica sobre
efectos fisiológicos en seres humanos es de 1976 y se debe al químico y farmacólogo Alexander Shulgin.
En 1985, el MDMA fue prohibido en Estados Unidos, en tanto que la Organización Mundial de
la Salud (OMS) incluyó al MDMA en la Lista I de psicotrópicos, entre los
fármacos sin usos terapéuticos, sólo admisibles en experimentos con animales.
Al caer en la prohibición, quedaron interrumpidas varias investigaciones sobre
los efectos de esta droga. Algo que no quedó claro para algunos en la historia
de esta droga fue lo drástico de su prohibición, ya que no existían entonces
pruebas de efectos nocivos, peligrosos o fatales, siendo la adicción menor que
en otros fármacos debido a la baja tolerancia que el cuerpo humano desarrolla
a la droga, y siendo la sobredosis algo improbable también. Se la incluyó en la "Lista I"
junto con sustancias como LSD, heroína, cocaína y otras con riesgos
altamente demostrados. Se dijo que detrás de esta prohibición existían
intereses económicos de grandes compañías farmacéuticas fabricantes de antidepresivos y otras
sustancias legales que no tenían competencia con los resultados del MDMA.
Sumado a esto, estaban las investigaciones hechas por algunos profesionales
con resultados altamente satisfactorios en el tratamiento de algunos traumas
psicológicos y problemas de pareja.
Los efectos que supuestamente justificaban
su prohibición aún siguen siendo cuestionados y no han podido ser demostrados
en un uso no abusivo en seres humanos.
La prohibición impide que se realicen estudios
con dicha droga, y más del 95 por ciento de los realizados se basan en
experimentación con otros animales, cuyos resultados no son aplicables al ser
humano.
Otro problema vinculado a la historia de
esta sustancia es que uno de los estudios conducidos con primates por el doctor
Ricaurte confundió y administró erróneamente dosis mortales de metanfetamina a los animales en
lugar de la MDMA, y extrajo conclusiones y publicó las mismas sin reconocer su
tremendo error.
Esos estudios, que pretendían ser
determinantes en la toxicidad de la MDMA, resultaron ampliamente publicitados,
pero no así la posterior rectificación pública y anulación de dichos
resultados, cuando se descubrió que el estudio carecía de toda validez.
El MDMA alcanzó su auge de consumo ilegal
entre la población más joven en los años 90, en los que emergió como
algo novedoso, desligado de la figura del yonqui (junkie) (prototipo de
adicto de los años 70 y 80). Sin embargo, no es exclusivamente el único
contexto "lúdico" en que se consume esta droga.
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