sábado, 18 de abril de 2015

1939: LA HORA DEL LECTOR

Por Roque Domingo Graciano
marlasbrusquitas@gmail.com
El  1 de abril de 1939, finalizó oficialmente la llamada “Guerra Civil Española”. Un acontecimiento doloroso que obligó que miles de familias españolas arraigaran en América; creo que principalmente en México y Argentina.
Ese acontecimiento bélico abrió la puerta, en España, a un gobierno autoritario que duró décadas y desnudó (como todo fenómeno extremo) la condición humana.
Pero el 1 de abril, recién estábamos en la primavera europea. Casi llegando el otoño, Europa nos regaló otra perlita: el 1 de septiembre de 1939, comenzó la llamada “Segunda Guerra Mundial”. Murieron millones de seres humanos. Se dio la movilización humana, “simultánea”, más numerosa en la historia de la humanidad: 3 millones de seres humanos moviéndose al unísono; se conjetura que nunca más la especie humana necesitará movilizarse, simultáneamente, en tal cantidad.
La broma europea terminó en Hiroshima y Nagasaki (en el lejano océano Pacífico) y a su sombra nuclear estallaron por los aires saberes y paradigmas que se creían eternos.
Entre tantos títulos catástrofe, quiero recuperar un gesto anónimo que sucedió en la ciudad de Buenos Aires en septiembre de 1939.
Jorge Luis Borges entregó un manuscrito de 2558 palabras a la editorial de la revista “SUR” para su publicación.
La “tirada” de la revista era de 220 ejemplares, aproximadamente.
El texto de 2558 palabras era “PIERRE MENARD, AUTOR DEL QUIJOTE”.
La leyenda que se ha tejido sobre “la lectura” de ese texto de JLB ya está instalada en la picaresca intelectual de la ciudad de Buenos Aires y bien merecería un generoso volumen.
A partir de ese texto de Borges, nunca más se pudo leer un texto literario de la misma manera.
Nunca se puede leer 2 veces de la misma manera un  texto literario porque EL LECTOR, CUANDO LEE UN TEXTO, CONSTRUYE "OTRO" TEXTO.
Contra la LEY BORGES (como se la ha llamado en algunos seminarios de semiótica) lucha, frontalmente, el discurso científico. Pero los estudios demuestran que solamente han vencido esta LEY el discurso matemático, el de la física, el de la química, el de la lógica y, parcialmente,  algunos otros. Conjeturo que entre los vencedores debe de estar “el discurso informático”.
Desde 1939, la RESPONSABILIDAD es del lector no del AUTOR.
El texto está vivo. El lector está vivo. El texto y el lector son dinámicos, cambiantes, proteicos.
Otro paradigma que estalló por los aires en la primavera sureña de1939.

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