sábado, 25 de abril de 2015

SOBRE FUNERALES

Por Telésforo

En Taiwán (China), la señora Jian decidió dar el último adiós a su marido despidiéndolo con un espectáculo en el que incluyó bailes eróticos protagonizados por varias stripers.
El show tuvo lugar mientras los familiares y amigos del señor Jian le daban el último adiós después de su fallecimiento.
En la actuación, intervinieron 2 stripers ataviadas con lencería negra y semidesnudas quienes comenzaron a contonearse frente a los presentes y a quitarse la poca ropa que las vestía.
Aunque estas prácticas en China (incluyendo Taiwán) son relativamente modernas, descansan en milenarias tradiciones que consideran que es bueno para el muerto, en su tránsito al más allá, que su despedida tenga un cariz alegre y festivo, con grandes banquetes, carrozas, música animada y algo "picante". El acento se pone en la “cantidad” de asistentes independiente de la relación con el fallecido.
En la “China continental”, el Partido Comunista veda esas costumbres aunque se dan, con cierta frecuencia, en las zonas rurales.
Estas prácticas mortuorias me recuerdan a “EL VELORIO DEL ANGELITO” en Sudamérica (cono sur, zona andina), cuando la muerte de un niño era (es) el pretexto para la socialización con sus rasgos de humor, música, baile y chanzas. Con matices (asado mediante), encuentro algo similar en los velatorios de las zonas rurales de la Argentina profunda.
Tal vez, ecos de esas sombras nos llegan cuando, avanzada la noche, escuchamos risas contenidas en las funerarias urbanas: es la hora de los chistes y del licor fuerte en un ámbito algo alejado del muerto.   

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