sábado, 11 de abril de 2015

YIRA, YIRA …

Por Elétor (hectorco@infovia.com.ar)
Enrique Santos Discépolo, un poeta de Buenos Aires,  compuso el tango “Yira”.
Aquí, se les dice “yiro” a las prostitutas o putas, como mejor cuadre.
Así, es el mundo: “yira, yira”; es decir, da vueltas y vueltas como las prostitutas callejeras. Ese es su destino.
Esto está ligado con la idea de tiempo que, lamentablemente, nosotros los humanos contemporáneos le hemos sacado el sentido circular y le hemos dado un sentido lineal: pasado, presente y futuro.
Así, concebimos nuestra existencia pensando en el futuro y, con la mochila de los recuerdos al hombro, nos amasijamos en el presente; dejamos de lado el pensar contemplativo y poético y nos sumergimos en el pensamiento “calculante”.
Cuanto más tengo, más apuesto a la alienación que me saca de mí ser y mi ser esencial se reduce a nada.
Los judíos establecieron el “sabat” como el día de descanso, cuando se realizaban solamente las tareas relacionadas con el disfrute que proporcionaban las cosas ya realizadas, incluyendo (entre ellas) el sexo.
Entonces, allí, todos eran iguales y no solamente gozaban los que tenían dinero sino que estaba incluida “toda” la comunidad.
Por eso comprendo a quienes intentan “bajarse del mundo” como dice la Mafalda de Quino.
¿Pero, lamentablemente, podemos? Yo creo que hay solamente una forma: patear algunas cosas que están demás y quedarnos con lo elemental para vivir.
¿Se puede? Creo que sí.
Amigo lector, DEBES tomar nota de este programa de vida, de estas palabras que orientarán tu existencia.
Yo, en algún momento, me cansé de tanta obligación absurda para responder a conceptos de vida "planificada" por otros y que nosotros asumimos sin cuestionamiento.
“¡Viva la libertad!”, dije. Elijamos ser libres aunque más no sea refugiándonos en el pensar y esa otra facultad con que nos dotó la naturaleza: la imaginación. ¡Escucha con atención a este orientador de vidas!

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