Por Telésforo(telesforoagarre@gmail.com)
El nivel de aprendizaje depende directamente de la situación económica y social de las familias, según el último Operativo Nacional de Educación elaborado por la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa del Ministerio de Educación de la Nación (Argentina).
De tal suerte, la situación económica y cultural de la familia emerge como uno de los principales condicionantes para el rendimiento escolar de niños y jóvenes.
La evaluación se realizó en Matemática, Lectura,
Ciencias Sociales y Ciencias Naturales.
Cuantos mayores son los recursos económicos de la familia, es más probable que el
estudiante consiga desempeños altos en esos 4 campos del conocimiento.
En Matemática, el 22,3% de los alumnos de
familias con nivel económico muy alto
logran un desempeño “alto”, mientras que entre los alumnos de familias de muy bajo nivel económico, sólo el 3,8%
alcanza esos resultados.
Algo similar sucede en las otras áreas
evaluadas.
Para algunos intelectuales, esto sería una
demostración del fracaso de la institución escuela. Pone de manifiesto su
incapacidad para cumplir una función transformadora, dicen.
Además, el Operativo Nacional de Educación demuestra que el nivel educativo de los padres se asocia estrechamente con el
desempeño del alumno: a medida que aumenta el nivel educativo familiar, aumenta
la probabilidad de mejores aprendizajes.
La estructura
familiar incide en el rendimiento escolar: la convivencia con los padres
promueve mejores desempeños. El estudio señala que los alumnos que “NO” conviven
con alguno de sus padres muestran niveles de aprendizaje inferiores a los que
conviven con los dos.
Conclusión: el rendimiento escolar se vincula
directamente con variables como la situación económica de las familias, el
nivel educativo de los padres y la estructura familiar.
(Una observación irreverente: el estudio no
aborda un enfoque desde lo neurológico. Así, tiene ecos del siglo 19.)
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