El ex presidente israelí Moshé Katzav fue sentenciado ayer a siete años de prisión efectiva por los delitos de violación, acoso sexual y obstrucción de la justicia. El tribunal de distrito de Tel Aviv le impuso además dos años de prisión condicional y 35.000 dólares de indemnización a las principales víctimas, empleadas de sus despachos como Ministro de Turismo y como Presidente del Estado.
Katzav perderá automáticamente su despacho, su vehículo con chofer y demás beneficios de los ex presidentes, e ingresará en un establecimiento penitenciario a determinar el 8 de mayo próximo.
Katzav insistió en su inocencia incluso interrumpiendo a los jueces. “Están equivocados, es todo mentira”, les gritaba. Acusó a la prensa de conspiración y aseguró a su familia, entre lágrimas, que era inocente. Sus abogados anunciaron que apelarían tanto la condena como la sentencia.
Se trata del castigo más duro impuesto al funcionario más encumbrado de la historia del país. “La sentencia al ex presidente Katzav es una prueba cabal de que nadie está por sobre la justicia en Israel”, dijo Shimon Peres, quien ejerce hoy en día en el mismo cargo.
El Presidente es Jefe de Estado y el Poder Ejecutivo es encabezado por un Primer Ministro.
“Hoy es un día triste pero también de profundo respeto hacia el sistema judicial” israelí, dijo el premier Benjamín Netanyahu. La líder de la oposición, Tzipi Livni (Kadima) dijo, por su parte, que “el día en que un Presidente de Israel es enviado a la cárcel por violación no es un día de alegría…”
“La gravedad del castigo no es significativa para mí”, dijo “A. del Ministerio de Turismo”, como se conoce a la principal víctima de Katzav. El ex presidente violó a “A.” dos veces mientras ejercía como Ministro de Turismo y ella trabajaba en su despacho. “Nunca quise venganza. Lo principal es que el Tribunal me creyó e hizo justicia, aunque con lentitud. Quiero volver a mi rutina, a mi familia y a mi anonimato”, dijo en un comunicado.
El caso de Katzav comenzó a ventilarse en julio de 2006, cuando él mismo acudiera al asesor jurídico del gobierno denunciando que una de sus empleadas, conocida luego como “A. de la Casa Presidencial”, lo estaba extorsionando bajo amenaza de denunciarlo por acoso sexual contra ella y otras diez mujeres. Muy pronto, a medida que otras denunciantes fueron atreviéndose a atestiguar, el caso derivó en juicio en su propia contra, por violación y acoso sexual múltiple.
(- Yo pensé que eso sucedía solamente en los países bananeros y en el despacho de Clinton.
- Los enemigos se acercan y se contaminan.
- ¿Por qué sólo los árabes pueden tener varias mujeres?
- Ellos tienen una religión que se lo permite. No sólo tienen varias mujeres sino que las someten a la ablación de los labios vaginales y del clítoris para placer del varón.
- ¿Puede ser sometido a juicio por violación, el turco Menem?
- No. Él no las violaba; las “compraba” con su simpatía.)
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