Caso 1:
El volante Walter Busse (jugador del club Independiente de la ciudad de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, Argentina) y su hermano conocieron tres chicas en un restaurante del elegantísimo y costoso barrio de Puerto Madero (5000 U$S el metro cuadrado), ciudad autónoma de Buenos Aires. El encuentro tuvo lugar el martes a la noche. Entusiasmados, los muchachos decidieron invitar a las señoritas a su departamento ubicado en el barrio de Caballito (clase media, U$S 3.500 el metro cuadrado), también de la ciudad de Buenos Aires. Allí, tomaron unos tragos, a los que las mujeres les habrían puesto ketamina, una droga utilizada por veterinarios para dormir caballos. Al rato, los efectos de la droga: los hermanos se desmayaron y las tres mujeres aprovecharon para saquear la casa del futbolista.
Se llevaron de la vivienda dinero, electrodomésticos y un Mini Cooper en el que habían realizado el trayecto Puerto Madero-Caballito, menos de 20 kilómetros.
A la mañana siguiente, después de ser atendidos por el médico del Club Atlético Independiente de Avellaneda (doctor Luis Scharadía), Walter Busse y su hermano hicieron la denuncia en la comisaría 12, donde (tras las risitas apenas contenidas y las miradas cómplices de las oficinistas) caratularon el caso como “robo en ausencia de moradores”.
[1) “robo en ausencia de moradores”: estos muchachos (jujeños y veinteañeros) no tendrán “lleca” pero sí creatividad: resemantizaron el sustantivo “ausencia”.
2) Una sobredosis de Ketamina anestesia a una persona por completo, como para entrar al quirófano. Puede sentir malestar estomacal. Diez miligramo por libra (1 libra = 453,59237 gramos) de peso es una dosis prácticamente mortal porque puede paralizar el sistema respiratorio si se combina con alcohol o barbitúricos de cualquier tipo.]
Caso 2:
El domingo, por Rafael Castillo (al oeste del conurbano bonaerense), Brian Aseguin viajaba en un colectivo en compañía de un amigo.
En un momento determinado, una joven mujer despertó los deseos sexuales de Aseguin y la "piropeó".
La mujer piropeada iba en compañía de un joven varón.
Más tarde, cuando Aseguin bajó del micro, en las calles Aguatey y Acasusso, cayó al piso por lo que su amigo intentó levantarlo para llevarlo a su vivienda.
En ese momento, apareció una moto con dos jóvenes a bordo, uno de los cuales era el que iba junto a la mujer piropeada en el micro.
El joven varón, acompañante de la dama, pateó varias veces la cabeza de Aseguin a quien dejó inconciente en el piso. Una emergencia médica trasladó a Brian Aseguin al hospital Paroissen de La Matanza, donde quedó internado en coma y murió ayer producto de las lesiones sufridas.
Los funcionarios judiciales y policiales buscan al asesino.
(“Es sonso el cristiano macho, cuando el amor lo domina.” Martín Fierro)