sábado, 27 de agosto de 2011

EL CORONEL NO TIENE QUIEN LO ESCUCHE


El 43% de los adultos argentinos siente que no tiene a quién contarle sus problemas; dos de cada diez aseguran no poder lograr paz espiritual. Así lo revela el Barómetro de la Deuda Social, un informe realizado todos los años por la Pontificia Universidad Católica Argentina en torno a las causas que limitan el desarrollo de las capacidades humanas y de integración social en nuestro país.

Para ello el informe -basado en 5.682 encuestas a hogares de los principales centros urbanos- volvió a analizar durante 2010 las percepciones subjetivas de estado de ánimo, capacidad intelectual, posibilidades de relacionarse con los otros, espacio de disfrute personal y vida espiritual entre los argentinos.

A diferencia de los estudios economicistas, el enfoque del Barómetro de la Deuda Social considera que el crecimiento económico, aunque imprescindible para el logro de una buena calidad de vida, constituye sólo una herramienta para el desarrollo de las capacidades personales. De ahí que busca indagar en los problemas asociados a la imposibilidad de realizar los potenciales humanos.

DEPRESION Y ANSIEDAD

Desde esta perspectiva, el informe 2010 muestra que el 18,9 % de los adultos argentinos presenta niveles altos de síntomas de depresión o ansiedad percibida. El mayor malestar se advierte entre las mujeres, las personas de bajo nivel educativo de entre 35 y 59 años de edad y quienes viven en villas o asentamientos precarios.

El mismo perfil social se impone entre quienes presentan también la mayor disconformidad con respecto a su apariencia (el 16,2% de los encuestados) y a sus capacidades intelectuales (el 18,6%). En este sentido, dos de cada diez argentinos adultos no se sienten capaces de pensar o lograr proyectos para sus vidas, según indica el Barómetro.

"Cuando se combinan bajas condiciones socioeconómicas y residenciales con un bajo nivel de educación se refuerzan las creencias de que la modificación de las circunstancias adversas está fuera de alcance y de que las propias capacidades no son suficientes para hacerlo. Esta actitud de afrontamiento evitativo fue observada en el 24,4% de los adultos que habitan en áreas urbanas", señala el estudio.

Con respecto a las capacidades relacionales, la investigación muestra que el 11,3% de los encuestados tiene una auto-percepción de soledad y aislamiento. Si bien son las mujeres las que se sienten más solas, hay también un alto porcentaje de hombres que consideran no contar con otro que los ayude o les preste atención a sus problemas personales.

"Existe un notable déficit de apoyo social percibido entre quienes tienen el secundario incompleto y pertenecen a un estrato social muy bajo; pero mayor aún es entre los que viven en villas o asentamientos", sostienen los investigadores.

Al indagar sobre el tiempo libre y el ocio recreativo, el estudio muestra que el 60% de la población adulta asegura no disponer de tiempo libre, y que el 26,6% de quienes admiten tenerlo dice no disfrutan de él. Pero que además el 47,5% reconoce tener un déficit de ejercicio físico.

CONCLUSIONES

Aunque reconoce "una mejora en el clima psicosocial de la población con respecto a lo observado en los informes de 2008 y 2009", el Observatorio de la Deuda Social Argentina, sostiene que "los recursos psicosociales de la gente siguen estando muy disminuidos y la brecha social se mantiene".

"El informe no sólo vuelve a mostrar que un alto porcentaje de los adultos argentinos no tiene proyectos más allá del día a día y que tampoco se siente contenido, sino que esto resulta especialmente evidente cuando se consideran sus niveles sociales, educativos y de vivienda. En suma, la brecha social en nuestro país sigue constituyendo una enorme barrera para el desarrollo personal de sus habitantes".

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