¿Las mujeres son más
inteligentes que los varones? Pregunta formulada una y mil veces y a la inversa. Nadie
tiene una respuesta con fundamentos científicos que la pueda avalar. Lo que sí
hay, y de manera contundente, son las estadísticas del Ministerio de Educación
de la Nación, las cuales demuestran que, al margen de cualquier disputa de
género, ellas son mayoría en el último año de la educación primaria y
secundaria; terminan con éxito la secundaria en mucho mayor número que los
varones y, por si fuera poco, dominan en la mayoría de las orientaciones
científicas y con mejor desempeño.
Los datos se desprenden de un
informe elaborado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino
(Idesa) en base a datos de la propia cartera educativa nacional, los
cuales también demuestran que las mujeres son mejores para la educación en
todas las edades y estratos sociales. Entre los 13 y 19 años ó entre los 20 y
24 años de edad; en hogares de ingresos bajos, medios o altos; las
mujeres siempre tienden a estudiar más que los hombres.
“La novedad es que el fenómeno se refleja de
manera cada vez más intensa en los resultados educativos”.
“Las mujeres se están
preparando mejor que los varones para la sociedad del conocimiento”, sostienen
los hacedores del informe. Por eso es previsible que tengan un rol cada vez más
protagónico en la vida económica, política y social. Esta tendencia señala que
la relación de género bajo la concepción tradicional del varón tomando ventaja
sobre la mujer está muy próxima a dejar de tener vigencia.
Para los especialistas que
analizan la incidencia del género en el rendimiento educativo, ningún estudio
demostró la superioridad intelectual de las mujeres sobre los varones o
viceversa. De todos modos, dicen, se admite la existencia de factores
culturales cuando se habla de las posibles causas del mejor rendimiento de las
mujeres.
A la hora de rastrear
explicaciones, muchos apuntan hacia los estereotipos de cada género. Así, se
subraya que las mujeres son más esforzadas, constantes y ordenadas; cualidades
valoradas en el sistema educativo, que las llevaría irremediablemente al éxito
en el aula.
También hay que tener en cuenta
que ellas maduran de manera más temprana y ese equilibrio emocional que logran
antes que los varones les permite de alguna manera una disciplina intelectual
más organizada.
Según el Ministerio de
Educación, las mujeres que terminan el colegio secundario llegan a casi el 60%
(de las que comenzaron), mientras que los varones apenas superan el 40%.
Lo que evidencian las
estadísticas del Ministerio de Educación no es un fenómeno exclusivo de
las aulas argentinas, sino una tendencia que se observa en otras partes del
mundo, sobre todo en aquellos países con un mayor desarrollo.
En el nivel internacional, son
varios los estudios que indagan sobre el rendimiento superior de las mujeres,
muchos de los cuales hacen referencia a estereotipos culturales que terminan
limitando la capacidad intelectual del varón. Según se apunta, el
estereotipo masculino estaría conformado por valores que la escuela no valora. En cambio, las mujeres
estarían educadas para esforzarse, ser voluntariosas, prolijas, tener un buen comportamiento,
características ponderadas por la escuela que muchas veces se evalúan con la
denominación de “nota de concepto”.
Los investigadores no dudan en
asegurar que el rendimiento escolar es en realidad el resultado de muchas
variables, y sostienen además que, si bien es cierto que se pueden encontrar
algunas diferencias en la organización y el desarrollo del sistema nervioso de
varones y mujeres, nada permite afirmar la superioridad intelectual de uno u
otro género.
El informe del Programa
Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, según sus siglas en inglés)
del año 2009, en el que participó la Argentina, mostró como tendencia general
que las mujeres son mejores en competencia lectora.
Esta superioridad también se
hizo evidente en países como Finlandia, Canadá, Corea, Australia, Holanda,
Bélgica, Alemania, Francia, Suiza, Japón, Suecia o Noruega, entre otros países.
Al analizar el resultado de las pruebas de
comprensión lectora de PISA en la Argentina se percibe una diferencia
significativa en favor de las mujeres, mientras que en matemática y en ciencias
ellas también ganan, aunque la diferencia no es tan relevante.
La superioridad en el
rendimiento educativo que evidencian las mujeres no se traduce, sin embargo, a
la hora de ingresar al mercado laboral y hacer valer esa
superioridad. Si bien las mujeres tienen mayor tasa de matriculación, egreso y
desempeño escolar que los varones, son ellos los que ocupan la mayoría de los
cargos directivos en el mapa del mercado laboral argentino.
La Encuesta Permanente de
Hogares del Indec permite indagar en las diferencias de género que se dan en la
inserción laboral. Tomando el promedio de cuatro trimestres entre el 2010 y el
2011 se observa, entre otras cosas, que de las personas mayores de 14 años de
edad, el 68% de los varones y sólo el 43% de las mujeres tienen empleos
remunerados en el mercado laboral.
Entre estas personas, el 22% en
el caso de los varones y el 50% en el caso de las mujeres tienen un empleo a
tiempo parcial (menos de 30 horas semanales). Del total de los cargos
directivos (gerentes o jefes) existentes, el 72% son ocupados por varones
mientras que sólo el 28% restante por mujeres.
“Estos datos delatan una clara contradicción
entre desempeño educativo e inserción laboral, dicen en Idesa. Las
mujeres son mucho más aplicadas en el estudio pero tienen menos probabilidades
de ocupar un cargo directivo. Un factor relevante en la explicación de este
fenómeno es la diferente intensidad en la inserción laboral. En la medida en
que las mujeres que trabajan son proporcionalmente menos y presentan menor
dedicación horaria, las probabilidades de que ocupen los cargos directivos son
más bajas que la de los varones”.
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