sábado, 29 de septiembre de 2012

Omar Tabares toca el tambor

Por Telésforo

telesforoagarre@gmail.com

El 2 de abril de 1982, las Fuerzas Armadas Argentinas (que por entonces gobernaban inconstitucionalmente la República Argentina) invadieron las Islas Malvinas en poder desde hacía casi 150 años (y en la actualidad) de Gran Bretaña.
Omar Tabares era músico del Regimiento 25 de Infantería Mecanizado de la localidad de Sarmiento en la provincia de Chubut, Argentina.
Luego del desembarco de los primeros marinos, el Regimiento de Infantería 25 fue la primera unidad del Ejército Argentino (al mando de Mohamed Alí Seineldin) en pisar las Islas Malvinas.
El Regimiento 25 (y Omar Tabares como parte del mismo) pisó tierra malvinense una fría y nublada mañana en aquel temprano abril.
Con el pecho henchido de patriotismo y exultante de orgullo por la derrota inflingida a los ingleses, Omar Tabares tocaba “diana” con su trompeta  y expresaba el júbilo por la “recuperación” de las islas.  
Mientras el pueblo argentino se lanzaba masiva y espontáneamente a las plazas, las calles y las rutas para festejar la victoria ante las fuerzas de Margaret Thatcher, Omar Tabares (a la mañana) izaba la bandera frente a la casa del gobernador inglés (quien por entonces era prisionero de las victoriosas Fuerzas Armadas Argentinas) y daba el toque de diana. A la noche, Omar Tabares (después de un opíparo almuerzo y una robusta siesta y antes de la  pantagruélica cena) arriaba la bandera.
Tanto la bandera como la trompeta siempre estaban en su cercanía.
En una entrevista, Omar Tabares recordó que “cuando el 1° de mayo, los ingleses bombardearon Puerto Argentino, tuve que dar el toque a la carga para llamar a la tropa. Los sonidos de la trompeta se mezclaban con los de las bombas.”
[De sus palabras se deduce que la tropa estaba distraída (sabrá Dios en qué menesteres) o ya había emprendido la retirada.]
También recuerda Omar Tabares que ejecutó la trompeta, con profundo dolor, el 1° de junio de 1982, cuando un misil terminó con la vida de cuatro soldados. “Debí tocar en el cementerio, frente a las bolsas blancas y las fosas.”
[Aquí, emerge otra información que ningún historiador debe omitir: las bolsas mortuorias eran blancas y no negras. Otra información valiosísima: los generales argentinos olvidaron llevar cocina para cocinar y comida para comer pero “no” omitieron, intuitivos y previsores, las bolsas mortuorias.]
El 14 de junio de 1982, las Fuerzas Armadas Argentinas (que habían ganado el primer round) se rindieron ante las fuerzas inglesas.
Para entonces, el pueblo argentino ya había abandonado las plazas, las calles y las rutas para volcarse, masivamente, frente a los televisores para ver el Mundial de Fútbol (España 82) en el cual Menotti (el DT de la dictadura militar) dirigía a Diego Armando Maradona.
Omar Tabares cuenta: “A nosotros nos enviaron al continente, para lo cual subimos a buques británicos. Al revisarnos, un soldado escocés del regimiento de paracaidistas, una fuerza de elite, me quitó el estuche negro. Luego comprobó que era una trompeta y se lo informó a su superior, quien le respondió que sólo debían dejarnos con lo puesto.” Así, el soldado inglés se quedó con la trompeta de Omar Tabares.
En Escocia, el soldado inglés cedió el instrumento a un museo privado. Allí estuvo la trompeta (que el ejército argentino había asignado a Omar Tabares) durante 15 años. Cuando el museo cerró por la muerte de su propietario, el antiguo soldado inglés la reclamó y se la devolvieron, pero al comprobar que en el estuche no estaba la pequeña libreta con los toques musicales, se obsesionó por encontrarla.
Era un millonario (apunta jactancioso, Omar Tabares). Así, le encomendó a su secretaria que hiciese todas las gestiones hasta que hallaran la libreta. Finalmente, apareció.
[Observación: el ignoto soldado inglés no era un lumpen, un marginal.]
 Omar Tabares cuenta que el ex soldado británico “comenzó a pensar qué habría sucedido con el dueño de la trompeta. Se preguntaba si habría muerto y, sobre todo, cómo averiguarlo. En enero del 2010 volvió a la islas, y al visitar el cementerio de Darwin se obsesionó con la idea.”
Al volver a su país, el innominado soldado inglés (devenido en  millonario) contrató a un periodista de Irlanda para que buscara a Omar Tabares. Una tarea nada sencilla, pues “el irlandés no sabía mi nombre. Me buscó durante 3 meses. Hasta que fue al Ejército y a través del número que llevaba el instrumento, que figuraba en los archivos, me encontraron”, explicó Tabares.
[Observación para las generaciones venideras. En la Argentina, ninguna repartición pública tiene constancia ni registro del bimestre anterior pero el Ejército Argentino tenía registrado el usuario de una trompeta asignada en 1982, antes de la derrota en mano de los ingleses y del desguace del Ejército en los años 90, ¡28 años antes! Esto me invita a pensar que el Ejército está conducido por “contadores públicos” y licenciados en administración y no por mujeres y varones adiestrados en el duro oficio de matar. Esto, asimismo, explicaría que a la guerra de Malvinas hayan llevado mosquiteros y olvidado las cocinas para ranchar, entre otras lindezas.]
El 14 de junio del 2010 llegó hasta la casa de Tabares, el ex soldado inglés (de origen escocés, millonario) con la trompeta, el periodista irlandés y una cámara de la BBC. “Esto es suyo. Ahora puedo dormir en paz”, le dijo el británico.
[Últimas reflexiones. Los hombres deben ser buenos aunque sea en la ficción. Otra: Debemos disimular una pequeña mentira si el objetivo es llevar el puchero a la casa o cuando se busca 30 segundos de fama, sin dañar a alguien.] 

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