viernes, 22 de febrero de 2013

LA UTOPÍA SE AHOGÓ EN LA SOPA


Por Elétor
hectorco@infovia.com.ar
"SÓLO ME QUEDAS TÚ, SANTA UTOPÍA PARA HUIR DE MI INSTINTO CARNICERO, SOÑAR DESPIERTO, SENTIRME TODAVÌA COMO ERA YO CUANDO ERA DON QUIMERO" Miguel Ángel Asturias

Bella poesía la de Asturias.
Cuantas reflexiones podríamos hacer sobre esa palabra "UTOPÍA" hoy desvalorizada y enmascarada por el mal llamado pragmatismo y que sin darnos cuentas lo fuimos aceptando como una verdad a ultranza. Con ello dejamos paso sin ofrecer resistencia el lado oscuro y maligno de estos tiempos que alguien bautizo como "crueles y estúpidos”. Nietzsche ha dicho que vivimos en una atmósfera nihilista. Hemos perdido tal vez el sentido de “fin”, que era una categoría que nos lanzaba tal vez a mundos "quiméricos" pero que permitían respirar y restablecer fuerzas para luchar por un mundo mejor. ¿Era un futuro posible construido por la razón y la imaginación pero irrealizable?
Tal vez hayan sido una frágil copia de los "paraísos ultraterrenos" que fueron patrimonio de casi todas las culturas. Hemos optado por construir un mundo sin trascendencia posible y con ello hemos mutilado a la imaginación y también a una sana “razón” quitándole su faz creadora. Ya no quedan espacios para la salvación. Pero creo que individualmente tendremos que rescatar lo que dice Asturias.
Por más que me digan que es una ilusión y que más bien se parece a una fábula, creo que hay seguir alimentando "utopías". ¿Quién puede decirnos que eso que nos dicen que es realidad, no es también otro mundo alternativo ilusorio pero que es un producto de una pesadilla producida por una comida indigesta (consumismo), compuesta de carne triturada y sangrante?
Prefiero las comidas espirituosas que me permitan habitar otros mundos más equilibrados aunque algunos lo denosten como la consecuencia de la "debilidad" y que disminuyan la voluntad de dominio con que está signada nuestra cultura contemporánea globalizada. En fin, que nos sigan llamando despectivamente “utópicos” (es decir sin tiempo ni espacio definidos) que tal vez ese mal llamado sueño que no tiene realidad ninguna sea el proyectado horizonte que nos lance al verdadero ser que alimenta a la auténtica vida.
La gran mentira contemporánea y que tiene como consigna “PARA SOBREVIVIR HAY QUE SER SANGUINARIO Y DESTROZAR AL PRESUNTO ENEMIGO” se ha convertido en una verdad irrefutable para muchos que sólo pueden alimentar odios y destrucción. Creo que ese charco de fango hay que cruzarlo con la barca de un pensamiento emparentado con lo quimérico de la utopía para poder apreciar desde la otra orilla que la vida merece vivirse de otra manera.

El cálculo y el pragma

Desbarataron a la razón contemplativa

Y a la meditación orante;

Nos colocamos ante el mundo

Como jueces implacables,

Como siendo la medida de todas las cosas

Y desechamos la búsqueda de los orígenes;

Y negamos el orden de todos los seres;

Y como dioses disolutos

Creamos y destruimos por placer

Y con obstinación impedimos que las cosas sean.” H.C.

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