Por Telésforo
telesforoagarre@gmail.com
Un informe elaborado
por especialistas de Staff Médico, empresa
de Medicina Prepaga, fundada en 1976 (Arenales 2016, C1023AAR-Buenos Aires; www.staffmedico.com) arroja una nueva mirada sobre los antibióticos.
A continuación, un
resumen:
Los antibióticos producen cansancio y falta
de apetito porque la luz intestinal está tapizada por bacterias que participan en
los diferentes procesos digestivos. Estas son alteradas cuando uno usa
antibióticos. Este cambio en la flora intestinal produce también cambios en la
incorporación de los distintos nutrientes que llegan a los diferentes tejidos
del organismo provocando cansancio, alteración del apetito, diarrea y otros.
Los antibióticos pierden eficacia con el uso
prolongado. Hay un uso prolongado de antibiótico cuando se excede los tiempos
determinados por el médico. No solamente con el uso prolongado de antibióticos
se pierde la eficacia, sino que también aumenta la resistencia de las bacterias
al mismo y aparecen distintos efectos no deseados, siendo el más frecuente la
diarrea.
La automedicación nunca es adecuada ya que provoca un
retraso en el comienzo del tratamiento y un uso indiscriminado de antibióticos
ya sea por errores en la elección de la droga como el acortamiento o
prolongación de los tratamientos en cuestión. Además pueden producirse casos de
alergia que pueden ser graves. Por todo esto son los profesionales de la salud
los que deben indicar cualquier tratamiento médico.
La eficacia de los antibióticos orales es
similar a los inyectables y con muchas menos complicaciones. En la actualidad,
la mayoría de los tratamientos pueden realizarse en forma oral, salvo
excepciones que tienen que ver con la resistencia de los gérmenes o el no poder
ingerir por boca los antibióticos, como en el caso de vómitos.
El cumplimiento del tratamiento debe ser
estricto. Cuando no se cumple el tratamiento ya sea por tomar el antibiótico
menos veces por día o acortar el tiempo total indicado por el médico se
favorece la aparición de los mecanismos de resistencia bacteriana que provocan
que haya posteriormente recaídas de la enfermedad por falta de curación. Muchas
veces se necesita un nuevo tratamiento pero con distinto antibiótico por la
resistencia bacteriana al que se usó en primer término.
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