Por Telésforo
Maysi es el nombre de la niña que supo
vivir a pesar de nacer con una grave enfermedad: cuando aún se encontraba en el
vientre de su madre le diagnosticaron una total falta de plaquetas y
hemoglobina en la sangre.
Su madre (Emma Vignes) estaba en la semana
34 de embarazo, en el mes de diciembre del año 2009, cuando decidió ir al
médico ya que no sentía mayor movimiento en su vientre. En ese momento, los
doctores se dieron cuenta de que la situación era complicada así que le
ordenaron a la señora que se internara para realizar en ella una inmediata
cesárea.
Es cierto que de vez en cuando, la ciencia
se ve enfrentada a casos de difícil explicación científica.
Algunos lo califican así, pero hay otros
que definen acontecimientos similares directamente como un milagro. La
excepcionalidad de este caso dejó perplejos a los médicos que después de
intervenir quirúrgicamente a la madre para sacar a Maisy, se encontraron con
una realidad muy adversa.
Luego de salir del vientre materno, los
exámenes determinaron que tenía apenas una ligera sustancia plasmática en sus
venas pero nada
de sangre, (cero absoluto de hemoglobina).
Los
doctores del Hospital Regional de Waterford aseveraron que la propia madre fue
quien absorbió la sangre de la niña durante la etapa de gestación.
Esto se demostraba en el color de la piel
que presentaba la recién nacida, quien tuvo que recibir las primeras
transfusiones a través del cordón umbilical.
La historia de la pequeña Maisy ha
llamado la atención del medio científico a nivel mundial Así, los primeros
meses de vida de la pequeña estuvieron marcados por pésimas expectativas. Sin
embargo, todos los pronósticos fueron derribados cuando a los 15 meses, Maisy
pronunció su primera palabra: "Dadá".
Los estudiosos ratificaron que la situación
se debió a que la propia madre absorbió la sangre del feto mientras se empezaba
a desarrollar, lo cual significa una situación atípica.
Para los científicos, este caso demostró la
eficacia de la técnica aplicada; permitió el desarrollo normal de la niña y
abrió un sendero para intentar resolver casos similares.
Aunque también reconocen que biológicamente
bordea el milagro el hecho que se haya desarrollado en esas circunstancias.
Ahora, cuatro años después, la niña que
nació sin sangre ha comenzado a asistir a la guardería de una escuela nacional
de su ciudad natal, Waterford, como cualquier otro niño de su edad. Atrás,
quedaron los temores de daños cerebrales irreparables o, incluso, la muerte.
[Waterford: ciudad situada al “sur” de Irlanda. Fundada por los vikingos en el 914. 50.000 habitantes.]
[Waterford: ciudad situada al “sur” de Irlanda. Fundada por los vikingos en el 914. 50.000 habitantes.]
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