sábado, 21 de marzo de 2015

¡AGUANTE LA BASURA!

Por Telésforo

La ciudad Oslo superó la capacidad de procesar los residuos que producen su millón y medio de habitantes y ahora importa desechos de otros países para alimentar las plantas que generan calefacción y electricidad.
Ese es el resultado de un compromiso que abarca a “todos” los noruegos.
[Oslo es la capital del reino de Noruega (“paso del norte”). El reino cuenta con 5 millones de habitantes aproximadamente. Se encuentra en el “nor-oeste” de Europa, en la península Escandinava.]
En Oslo, la basura domiciliaria se separa en bolsas de diferentes colores según el material que contienen.
Los camiones recolectores dan a cada bolsa un destino diferente, porque los lectores ópticos de las plantas procesadoras están calibrados para diferenciar colores.
Entre otras aplicaciones, las escuelas de Oslo reciben electricidad de estas plantas y casi la mitad de la capital noruega cuenta con calefacción gracias al procesamiento de los residuos domiciliarios.
DONDE OTROS VEN "DESPERDICIOS", LOS NORUEGOS ENCUENTRAN UN POTENCIAL ENERGÉTICO.
Debido al uso que se hace de la basura, Oslo se fue quedando sin basura para sus plantas y desde 2009 comenzó a importarla de municipios de Inglaterra. El 12% de los residuos que se utiliza para hacer funcionar la planta de Klemetsrud, en Oslo, es importado.
Los diferentes tipos de bolsas para residuos son provistos por la municipalidad, en forma gratuita, a través de los supermercados.
La importación de basura es negocio para la agencia municipal de Oslo.
El tratamiento de los desechos es considerado un "servicio" y por eso los noruegos cobran a los ingleses entre 30 y 40 dólares por tonelada para recibir “su” basura hogareña lista para incinerar (sin plásticos, metales ni vidrios). Así, los ingleses pagan a Oslo para darle el "combustible" que hace funcionar las plantas. De allí, los noruegos obtienen electricidad y calefacción que venden a sus clientes. Un negocio más.

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