Hoy,
es 2 de abril. Durante todo el día, he buscado una salida que me alejara de los
desgarradores relatos de los ex combatientes: “sin cocina ni comida pero con
mosquiteros”.
En
esa búsqueda, encontré un escape: una vieja novela que compré en una librería
de calle 7, entre 53 y 54, a fines de la década del 50 (siglo 20), a pocos
metros de la sede del Club Estudiantes de La Plata.
La
novela está, posiblemente, envuelta en polvo en mi biblioteca que cada vez
visito menos.
No
la buscaré. Ejercitaré mi memoria.
La
obra se llama “La Tierra Purpúrea” y es una intersección entre esos
constructos difusos llamado Argentina (o Río de la Plata) e Inglaterra.
Por
un lado, la novela es calificada como una obra insigne del “criollismo”, cuyo
exponente más conocido es “El Gaucho Martín Fierro”. Por el otro, fue
escrita ¡en inglés! en 1875, a 80 kilómetros de Londres.
El
argumento transcurre en la Banda Oriental del Uruguay y el protagonista
(Richard Lamb) cuenta sus aventuras en las cuales no escasean las cuchilladas
ni los gauchos.
Ahora
bien, es llamativo el título original y completo de la novela: The Purple
Land that England Lost (La tierra purpúrea que perdió
Inglaterra).
Para el texto, Inglaterra
perdió un territorio en el “sur” del continente americano.
Asimismo, la novela no
distingue entre Argentina y Uruguay. Ve esos dos constructos como una unidad
que se llama Río de la Plata.
En definitiva, Inglaterra en
1806 y 1807 no invadió ni Argentina ni Uruguay (que no existían entonces)
sino parte del Virreinato del Río de la
Plata (España) y en el marco de un conflicto europeo.
Otra intersección entre
Argentina e Inglaterra es el autor de la novela: William Henry Hudson o Guillermo Enrique Hudson. Nació el 4 de agosto de
1841 (pleno gobierno de don Juan Manuel) y murió el 18 de agosto de 1922 (81
años).
Guillermo
Enrique Hudson nació en la zona rural del partido de Quilmes (Provincia de
Buenos Aires). En 1846, su familia se trasladó a la ciudad de Chascomús donde convivió con peones, gauchos,
indios, domadores y cuchilleros.
Guillermo
andaba a caballo y observaba los animales y la flora del campo bonaerense.
Más
tarde, Guillermo Enrique Hudson se enroló en el ejército. Tal vez (como todo militar)
buscaba la experiencia de matar a un semejante. Antes de cumplir los 6 años
como uniformado, abandonó el ejército y recorrió la Patagonia, Uruguay y “sur”
de Brasil como cuidador de ganado, peón de campo y alambrador.
A los 32 años, viajó a
Londres y nunca más regresó a América meridional. En esa época, una muchacho de
13 años era un hombre maduro. El Padre de nuestra Patria, don José de San
Martín a los 13 años mataba personas de manera profesional y eficiente. Por lo
tanto, Hudson, a los 32 años, era un adulto “absolutamente” formado.
En Inglaterra, se consolida
no sólo como escritor de ficción sino también como científico en el campo de la
biología. Llegó a debatir con Darwin, a quien apreciaba.
Años antes de morir (1918),
escribió (¡siempre en inglés!) su novela más mencionada: “Far away and long
ago” (“Allá lejos y hace tiempo”), donde recuperó su vida rural en los
campos de la Provincia de Buenos Aires. En los últimos año, según su sobrina
Laura, había olvidado el español.
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