El viento cósmico disuelve la historia (toda historia es una mentira), la humilde casucha suburbana y los edificios con centenares de pisos, los museos y bibliotecas fabuladores, las grandes obras hidroeléctricas y los gigantes navíos (envidia de Dios), los sistemas sociales y jurídicos, los dioses menores y los otros, al ignoto campesino y a la diosa sensual y mediática, al pibe chorro, al excelso físico, al exitoso empresario.
El viento cósmico disuelve el planeta azul y disuelve el universo. En el vacío, sólo gira una bolsa de plástico, no-biodegradable.
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