Por Elétor
hectorco@infovia.com.ar
Nunca he
recibido con tanto regocijo la propuesta que me han enviado con respecto a
dónde colgar mi EGO. Veo que está con todas las luces prendidas y que
no respeta eso de que hay que ahorrar energía porque está faltando y la gente
pudiente no puede proceder a encender todos los chirimbolos eléctricos con que
funciona su hogar.
Pero la
propuesta me sobrepasó porque mi EGO había crecido tanto en tan pocos días que
parecía un implante alienígena y me resultaba incómodo y no sabía dónde
colocarlo. Así que intenté ponerlo en el living, para que pudieran verlo
todos aquellos que llegaran a mi casa. Pero era imposible encontrar un hueco en
la pared para que cupiera o cupiese (¡Observe el término que empleo! verbo
irregular perfectamente conjugado y no cómo escribiría un iletrado
"cabiera") por lo grande que se había vuelto. Así que encontré una
precaria solución al tema, envolviendo las partes sobrantes y las hice salir
por una ventana lateral y la ubiqué haciéndola pender (observe este término) en
la puerta de entrada. De esta manera, cada uno que llame o intente entrar en mi
casa, va a tener que correr mi EGO y una voz “en off” le dirá ¿qué cuernos (por
no decir carajo) querés pesado de…….? (el espacio en blanco es para
completarlo según el gusto lingüístico del consumidor de turno).
En fin
como verá, el EGO se infla pero resulta que a veces resulta un incordio porque
no sabemos muy bien qué hacer con él y, en alguna ocasión, encontramos un buey
corneta que lo confunde con un globo y te lo pincha (con perdón de la
palabra) y efectivamente no te queda otro remedio que metértelo donde vos
sabes, como bien dice usted.
En fin,
esto fue sólo una somera descripción de lo que a diario observo en otros
que dan lástima, porque en la lucha por el reconocimiento en
esta sociedad que habla todo el día de igualdad, no se dan cuenta que
habría que colocar un cartel similar al que colgaron los cerdos que se
apoderaron de la granja en la novela de Orwell luego de la revolución: "TODOS LOS ANIMALES
SON IGUALES PERO HAY ALGUNOS ANIMALES QUE SON MÁS IGUALES QUE OTROS".
Así, se
estableció bien la diferencia de los iguales y que se dejen de importunarnos
los ideólogos que predican la igualdad de la boca para afuera. Es
muy difícil derrocar de un plumazo a ese EGO que siempre acompaña nuestros
pensamientos y actos y que por más que queramos ocultarlo siempre saca la
cabeza y no deja de gritar con todas sus fuerzas ¡¡¡aquí estoy!!!