Por Telésforo
El primer canto del gallo no es privilegio
del más madrugador sino una cuestión de liderazgo, según un estudio de la revista Nature.
Un grupo de científicos japoneses demostró
que “el jefe del gallinero” siempre es el primero en anunciar el despuntar del
día y que los demás gallos sólo cantan después, respetando escrupulosamente un
orden decreciente de rango social.
Gallos y gallinas conviven en un orden social muy
jerarquizado que rige la vida de estas aves de corral.
Por esa razón, el gallo dominante come
primero, elige a sus parejas, el mejor nido, y goza del privilegio de despertar
al resto.
Los científicos observaron además que los
gallos de rango inferior cantaban menos a menudo que los demás. Por esa razón,
si el gallo de alto rango es retirado del hábitat, el de segundo rango pasa a
ser el primero que canta.
Los gallos son muy respetuosos de la
jerarquía, que se ejerce de manera muy sencilla: es el resultado de la fuerza,
demostrada en las famosas riñas de gallos.
Cuando se pone juntos a gallos que no se
conocen, comienzan por pelearse. No bien se identifica a los más fuertes, los
combates disminuyen y solo los de mayor rango siguen provocando esporádicamente
con picotazos a los demás, pero nunca a la inversa.
El canto del gallo es un acto innato, no
adquirido. No varía según la posición jerárquica de quien lo emite. "No observamos particularidades específicas
en el canto del gallo dominante", dice el estudio, cuyo objetivo final
es identificar el gen implicado en la emisión innata del sonido.
Por otra parte, "el canto del gallo como anuncio del comienzo del día está registrado
desde la civilización del Indo (entre 2600 y 1800 AC) pero seguimos sin
saber por qué lo hace", dice la investigación.
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