sábado, 30 de enero de 2016

PERPLEJIDADES DEL PROBADOR



Por Telésforo (telesforoagarre@gmail.com)

Dos jóvenes de nacionalidad china, en la ciudad de Pekín, dentro de un probador del local principal de la empresa de indumentaria japonesa “Uniqlo” tuvieron sexo ocasional y rápido.

Además, grabaron el encuentro sexual en un video de un minuto.

En el video, se puede ver al joven vestido de negro, con anteojos y un celular dirigido hacia el espejo.

Ella, totalmente desnuda.

El hecho actualizó en mí, una antigua encuesta sobre las fantasías sexuales de “las” adolescentes americanas, de la década del 60, siglo 20.

El trabajo de investigación señalaba que una de las fantasías sexuales de las muchachas era el sexo ocasional y rápido en un PROBADOR.

Quizá, el sexo ocasional y rápido sea un antiguo mensaje de la especie que viene del fondo de la historia.

Los dos jóvenes chinos le dieron encarnadura.

Asimismo, los jóvenes chinos agregaron algo: el video, a través del celular.

El video de un minuto se difundió en las redes y millones de personas tuvieron acceso al “sexo del probador”. 

Así, los jóvenes exhibieron su triunfo. Gritaron su gol a la tribuna. En la tribuna, hay flacos y flacas que lo leerán según su código.

El video es el PUENTE entre dos universos que se nutren y engordan mutuamente: eso que llamamos “realidad” y lo “comunicacional” en su más amplia acepción.

El lugar del encuentro sexual tiene su significado. El probador es un límite, borde, frontera entre los “público” y lo “privado”. Pocos centímetros separan a uno y otro universo.

Asimismo, es un lugar casual, aleatorio, fortuito.

La transgresión (la ruptura) está “al alcance de la mano”.

Los dos jóvenes del probador produjeron un  sismo en el ESTADO chino. El poderosísimo “BURÓ CENTRAL PERMANENTE DEL PARTIDO COMUNISTA CHINO” compuesto por 9 personas se reunió para tratar el asunto del probador.

Los altos jerarcas chinos (que deciden la vida o la muerte, la pobreza o la riqueza de millones de seres humanos) trabajaron durante días y semanas para apresar a los dos jóvenes del probador y detener la difusión del video.

El video (no el hecho en sí mismo) ataca los valores “esenciales del socialismo”, según las más altas autoridades del “gigante asiático”.

Por unos días, se olvidaron de la Bolsa, del precio de la soja o el cobre. Tampoco les importó el precio del petróleo o de los conductores rápidos. Sólo pensaban en el video.
Las estructuras autoritarias son así: nadie las dobla pero cualquiera las rompe, como una copa de cristal.
Esta reacción desmesurada (para la cultura atlántica) me hizo acordar a los uniformados argentinos que, a partir de 1930, destituían gobiernos constitucionales.
Yo tengo la vehemente presunción de que el objetivo estratégico de los militares argentinos (no de sus aliados civiles que simplemente querían ganar plata) era cortarle las tetas a la Coca Sarli, quizá como una proyección de sus solitarias y juveniles noches cuarteleras.

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